Un camión nacional en carrera

Por cuarta vez, un camión que competirá en el Rally Dakar tendrá una tripulación argentina en
busca del podio, que logró en las últimas dos ediciones El RallyDakar, por séptimo año consecutivo, se correrá en
territorio argentino y volverá a tener entre los competidores
un camión argentino que buscará treparse nuevamente
al podio de la categoría T1, en la que se desempeñan
las máquinas de serie.
El camión, un Man llamado Búfalo, estará en manos del
bonaerense Ángel Germano, quien debutó en esta prueba
en 2012, con una camioneta, y volvió a estar en los años
siguientes conduciendo camiones T1, a quien secundará
Oscar Pose Romero, como navegante.
Sobre aquella primera experiencia de 2012, Germano dijo
que fue su «disparador a esta linda aventura para la que
me preparo, trabajo y dejo gran parte de mis energías y,
principalmente, los pensamientos de poder mejorar».
Revista FADEEAC: Correr con un camión en el Dakar.
¿Qué valor tiene eso para vos?
Ángel Germano: Es muy especial para mi hacer en camión
esta aventura. No pude en 2012, aunque lo pude hacer
en una camioneta Toyota, con equipo propio de asistencia,
el tiempo, la falta de conocimiento de equipos de
afuera y del evento no hicieron posible hacerlo en camión.
Ya finalizado en Perú, empecé a curiosear detalladamente
los tipos de camiones que terminaban ese Dakar, el sueño
estaba cada vez más fuerte, todo el viaje de Perú, los más
de tres días regresando a mi pueblo de Pedernales, con
mi gente y equipo, pensando en poder armar con tiempo
un camión. En marzo me vincule a gente de España que
tenia camiones Mercedes T1 homologados para participar
en tales eventos, y pude acordar estar en la Baja Aragón
en invierno de Argentina, ya metido en mi primer competencia,
conociendo y viendo qué tipo de cosas y como
sacar el mejor provecho a un camión en carrera. Tuve un
muy buen sentimiento con el camión y solo restaba poder
acordar y juntar lo económico para hacer el primer Dakar
2013 en camión.
En enero de 2013, estábamos en la lista de participantes
de camiones en Lima, el Mercedes T1 de serie, que lo
bautizamos de nombre Murffo con todo el cariño, estaba
para largar la primer especial, mi amigo Abel Pertuzzo,
de navegante, y mi hermano Esteban, como tripulante,
formábamos la tripulación y, de menos a más, logramos
terminar el primer Dakar en camión, en el noveno puesto
de la categoría.
RF: ¿Cómo siguió esta historia en el Dakar?
AG: En 2014, el equipo español me hizo una propuesta
económica austera para que pueda volver a estar nuevamente
con un camión Mercedes t1 de serie, pero mejorado en algunas cuestiones, con el fin de que ellos lo querían
ver participar y que no quede parado como años anteriores.
Nuevamente, y con el apoyo de la familias Oblak,
Barbieri y Scian de Tycsa, de Qué Rico, Lanik, Aislatech y
Fernando de Ropaco, patrocinado y acompañado por las
energías de muchísima gente de mi zona, el Mercedes llamado
el Torito, sorprendía y lográbamos ganar la edición
2014, en T1.
RF: ¿Qué fue lo que vino después de ese primer podio?
AG: Nuevamente, después de idas y vueltas, pudimos tener
el Man T1 que se llama Bufalo, con él ganamos etapas
y pudimos vencer finalmente por segundo año consecutivo
el Dakar en 2015 en Camión T1. Con un condimento
súper especial: fue el único camión argentino.
Sentimos que después estas ediciones de Dakar en
Latinoamérica, había mucha gente que se instaló a la vera
de la ruta en los enlaces, etapas de velocidad especiales,
o en los vivacs de los lugares en que se acampó y nos
ingeniamos para compartir un ratito, una foto, un abrazo,
una mirada sincera de agradecimiento mutuo, después
del esfuerzo de todo lo que esta aventura te va llevando
día a día.
RF: Dos primeros puestos en la categoría T1. ¿Cuál fue
la decisión siguiente que tomaron?
AG: Desde enero de 2015 hasta hace unos días, el sueño
era conseguir el presupuesto de patrocinio para intentar
hacer el 2016 con un camión T2, no importaba cuan viejo,
obsoleto o diferencia de prestaciones podría tener. Mi
deseo era conducir un T2 fabricado para estos eventos
en talleres de competición, con potencias impresionantes,
suspensiones, pesos bien distribuidos, otra historia que
quería conocer. No fue posible, entonces volver a cargar a
Bufalo en el barco y disfrutar y enfocarme en volver a estar
en la lista de largada de la próxima edición y hacer una
experiencia más en T1, contando con mis patrocianantes
de siempre, con quienes tengo un vinculo de patrocinio y
una sincera amistad de muchísimos años en que trabajamos,
nos apoyamos y recíprocamente damos lo mejor
de cada uno.
RF: ¿Cómo te preparás para participar de la competencia
en cada edición?
AG: En mi querido pueblo de Pedernales, trabajando con
la pala de punta, lijando a mano, cortando pasto, eso sirve,
bicicleta todo lo que puedo, en casa tengo métodos caseros
de gimnasio. También, estaba participando en el Rally
Cross, para llegar lo más finito posible, ya que durante el
año no pudimos, por presupuesto, estar en test o pruebas
preparatorias que se llevan a cabo en Europa.
RF: ¿Quiénes integran tu equipo y cómo se dividen las
responsabilidades?
AG: Este año, nuevamente estaré como piloto. Oscar Pose
Romero, como navegante, es un amigo que aceptó al instante
incondicionalmente y es un orgullo que podamos
compartir esta nueva aventura. Y mi hermano, que siempre
está, y en las competencias me ayuda en los enlaces,
que es súper importante para mí, y durante las especiales
es un apoyo fundamental al momento de decisiones terminales.
RF: ¿Quiénes te apoyan en este proyecto? ¿Qué necesitarías
para mejorar tu performance?
AG: Hasta hoy las familias y marcas que nombré y este
año se sumó Faros Ausili a nuestro camión.
RF: ¿Qué proyectos tenés a futuro con respecto a esta
competencia?
AG: Mi sueño es armar un camión de carreras, T2, acá
en Argentina. Estoy seguro que podemos tener un camión
competitivo, tenemos el talento, capacidad y, sobre todas
las cosas, garra. Entiendo que Dios cree que lo mejor para
mi es esto, pero no dejo de soñar que, en una de esas, se
contacte con alguna terminal de Argentina para charlar
del proyecto del primer camión Argentino.
RF: ¿Cómo comenzó tu pasión por los camiones?
AG: Cuando tenía tres años andaba arrastrado en la arena
de mi pueblo, haciendo con la garganta ruido de camión,
raspándome las rodillas, rompiendo la punta de los zapatos,
viajando con mi camión cargado de arena.
Jugaba y fabricaba camioncitos de madera, reformaba
los Duravit, cambiando el diseño de carrocerías, pintándolos
de otros colores, les fabricaba los escapes. Hasta
que papá, a mis ocho años, camino a un campo de Roque
Pérez me paso el mando de un Chevrolet C 60 año 71,
con el que debuté exitosamente, solo me acuerdo que
tuve una gran dificultad al momento de frenar, ya que mis
piernas eran cortas y llegué con la punta de los dedos a
tocar el pedal, pero, freno de aire, se clavó. Desde esos comienzos
hasta ahora dibujando cada tanto un camioncito,
es lo que me gusta, es así simplemente.