El Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, confirmó este viernes que la Argentina recibirá hasta u$s3.000 millones luego del acuerdo que se alcanzó en la reunión del Grupo de los 20 (G20) para triplicar los recursos financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El canciller aseguró que el país recibirá de manera "automática" esos fondos para incrementar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El dinero surge de los denominados Derechos Especiales de Giro (DEGs) y el monto se establece según la cuota correspondiente para la Argentina.
En la cumbre que los líderes del G-20 mantuvieron el jueves en la ciudad británica de Londres se acordó entregar u$s500.000 millones más para que el FMI actúe ante la crisis y respalde a las economías en desarrollo.
"Lo sustancioso del G20 de ayer es la disponibilidad inmediata de plata del Fondo Monetario que va a estar originado en los países grandes" opinó el economista Carlos Melconian.
Sin embargo, para el economista "no hay nada nuevo en términos de la asignación de ese dinero" porque el FMI "sigue con sus tradicionales metodologías de prestamos con metas cuantitativas y cualitativas de préstamo"
"El FMI pone condiciones que hoy la Argentina a priori no cumple", profundizó Melconian en declaraciones a Radio 10.
"Aún en la parte más flexible de los recientes anuncios del Fondo Monetario habrá que ver como se resuelven esos tres o cuatro puntos que la Argentina sigue sin cumplir en caso que -políticamente hablando- el Gobierno quiera argumentar que a este Fondo Monetario sí va", determinó el economista.
Nueva visión
El histórico acuerdo de Londres, que imprime una nueva filosofía a la visión predominante de la economía mundial, fue el resultado de intensas negociaciones entre los 20 gobiernos representados en el grupo que tuvo entre sus principales protagonistas al norteamericano Barack Obama, el británico Gordon Brown, la alemana Angela Merkel, el francés Nicolás Sarkozy y el chino Ju Hintao, además de la presidenta argentina.
Los líderes mundiales acordaron un plan de un billón de dólares para combatir la mayor crisis económica desde los años treinta, denunciar y penar a los paraísos fiscales y endurecer la normativa financiera para aumentar la supervisión de fondos de inversión y agencias de calificación de riesgo.
Los países aportarán u$s500.000 millones adicionales para el FMI, más u$s250.00 millones en "derechos especiales de giro" (DEG) del FMI y otros u$s250.000 millones para financiar el comercio.
La delegación argentina subrayó especialmente la reactivación de los DEG, una herramienta financiera creada en 1969 para compensar las reservas de los países miembros de acuerdo a las cuotas que cada uno tiene en el organismo.
Por tal motivo, los asesores de la Presidenta estimaron entre "u$s2500 y u$s3500 millones" los correspondientes a la Argentina.
Sin embargo, se trata del primer paso de un largo camino que implica, en principio, la reconstrucción de la relación con el FMI, largamente denostado por el gobierno.
La Presidenta, en efecto, asoció la reanudación del vínculo con el Fondo a los resultados de la "reforma del organismo" que formó parte del acuerdo del G20.
Pero el documento -al cual tuvo acceso DyN- fija como meta de las reformas del organismo el 2011.
De todas formas, la Presidenta destacó como un reconocimiento que su antecesor y marido, Néstor Kirchner, había expresado en diferentes foros internacionales la necesidad cambiar las reglas del Fondo.
"En el documento se dice que el FMI debe evaluar a todos por igual, cuando hasta ahora existió un doble estándar", subrayó Cristina Fernández.
La delegación argentina, en cambio, evitó destacar otros puntos del acuerdo como el rechazo al proteccionismo y el llamado a "abstenerse de las devaluaciones competitivas", que colisionan con medidas impulsadas desde el gobierno.
La Presidenta prefirió subrayar que el texto incluye "una crítica muy fuerte al tema de las calificadores de riesgo y la necesidad del control sobre las mismas".
"Creo que hubo muchos adelantos respecto de lo que fue la reunión en Washington", enfatizó Fernández de Kirchner.
A pocos metros, en otro rincón del lobby del hotel Jumirah, el embajador argentino en Washington, Héctor Timermann, atribuyó en gran medida el giro en las negociaciones al cambio de gestión en los Estados Unidos, en una indirecta crítica a George W. Bush y en un nuevo elogio a la nueva administración de Barack Obama.
"La profundización de la crisis los ha hecho ser más abiertos y escuchar", puntualizó a su vez el canciller Jorge Taiana quien, junto al ministro de Economía, Carlos Fernández, compartió las negociaciones del G20.
Fuente: Radio 10
03 -04 -09
MT