La dificultad de garantizar la continuidad de la operación tras detectar casos sospechosos o afirmativos de Covid-19, fue tema de análisis para Arlog.
“Hubo que comunicar mucho cambio a mucha gente y en muy poco tiempo, en un contexto de ansiedad y estrés”.
La Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog) llevó a cabo un debate sobre los nuevos protocolos de seguridad para mitigar la propagación de Coronavirus en las operaciones, durante un desayuno virtual, a través de la plataforma Zoom y en simultáneo por YouTube, del que participaron unas 300 personas.
Con la moderación de Alejandro Leiras, director de Capacitación de ARLOG, disertaron Pablo Beltrán Simó, gerente de Logística y Servicio al Cliente para el Cono Sur del Grupo Cepas; Gabriel García Polignano, director de Operaciones de Celsur Logística, y Fernando Antón, gerente de Gestión de las Personas de Andreani Grupo Logístico.
Luego de las palabras de inicio de Garreta, presidente de ARLOG, Beltrán Simó explicó: “En primer lugar, llevamos a cabo una descentralización y acercamiento a la demanda por categoría y familia de productos. Luego, armamos células de trabajo independientes, manteniendo las distancias, la limpieza y la sanitización. En los predios operativos, adoptamos el uso de termómetros y lava suelas, implementamos declaraciones juradas de cada persona que ingresa, en particular los proveedores, y control de equipamiento”.
Por último, resaltó el valor de la comunicación: “Hubo que comunicar mucho cambio a mucha gente y en muy poco tiempo, en un contexto de ansiedad y estrés que genera sensibilidades y miedos lógicos, tratando de evitar las críticas y ofreciendo elogios”.
Luego fue el turno de García Polignano, quién sumó la complejidad de “la última milla” y de sus actores fundamentales: el chofer, clave en todo el proceso, y la logística, que trata de asegurar “normalidad” en este momento de pandemia.
“Debemos tratar la unidad de transporte con la limpieza de todos los puntos de contacto con el chofer en su trabajo diario: manijas, puertas, tablero de control, puertas de acceso y palanca de cambio”, indicó. Y añadió: “El ambiente limpio, la unidad limpia y el paquete limpio nos ayudan a mejorar las prácticas en general. También se eliminó el remito físico y firma de la hoja de ruta”.
Por último, Antón precisó que otro punto a trabajar fue la capacitación de las personas, para que cambien sus hábitos y entiendan que deben ser solidarias y responsables de forma individual y social. “Debimos aumentar la frecuencia de limpieza, y hacer limpiezas intermedias en las zonas de alto tránsito. Otros protocolos que se realizaron incluyeron demarcar el piso en las líneas de ingreso, para que se mantenga la distancia, además del uso alcohol en gel, barbijos y guantes”, sostuvo.
Para concluir, destacó que la dificultad consiste en garantizar la continuidad de la operación en el caso de detectar casos sospechosos o afirmativos. Para ello, el protocolo desarrollado por la empresa indica “separar la célula del resto del grupo y armar un programa de contención emocional para las personas”.