“Preocupa a los correos la competencia informal”

Ignacio Rodríguez Quintana de AECA explicó cómo las empresas postales se transformaron en especialistas de la última milla.

Los correos cumplen estrictamente con la regulación legal, pero en los últimos tiempos han aparecido competidores que no juegan bajo las mismas reglas.


La evolución tecnológica y la modificación de las costumbres de consumo parecieron relegar al correo a un lugar en los museos, pero esos mismos cambios fueron los que transformaron a las empresas especialistas en la distribución de sobres y paquetes en protagonistas en la creciente demanda de servicios sobre la última milla.
Para cumplir con los requerimientos derivados del avance del comercio electrónico y la exigencia de un servicio de calidad y veloz por parte del cliente final, las compañías postales descansaron sobre su capilaridad y experiencia históricas. Con eso se convirtieron, además, en aliadas de las firmas logísticas.
“La pandemia hizo que se consolidara mucho la actividad postal. Fue declarada servicio esencial y, en ese momento, creció en volumen, e hizo que se incrementara más la confianza de la gente en el proceso de entrega, porque el usuario de los servicios de los correos espera mucha más precisión y velocidad”, explicó Ignacio Rodríguez Quintana, asesor en Asuntos de Correo de la Asociación de Empresas de Correo de la República Argentina (AECA).
El mercado postal argentino estaba compuesto, a finales de 2023, por un correo oficial, 154 privados, 79 couriers y 20 mensajerías, que en conjunto empleaban a 35.500 personas y AECA nuclea a más de la mitad de ese universo.
Según aseguró Rodríguez Quintana, “la expectativa de los clientes no sólo es la rapidez, sino también los niveles de precisión que obligaron a los correos a evolucionar mucho, incorporar tecnología y hacer nuevos desarrollos”.

 

– ¿Cómo evolucionó el trabajo en los correos a partir de los últimos cambios que se produjeron, especialmente a partir de la pandemia?
– Durante la pandemia, la actividad postal creció muchísimo en volúmenes e hizo que se incrementara mucho más la confianza de la gente en el proceso de entrega, lo que llevó a que el usuario de los servicios de los correos espere mucha más precisión, mucha más velocidad. O sea, la expectativa no sólo es la rapidez, sino también los niveles de calidad que obligaron a los correos a evolucionar mucho y a incorporar tecnología.

 

– ¿Hubo mucha incorporación de procesos externos?
– En las empresas se dio mucho desarrollo de tecnologías propias, porque no siempre sirven las que vienen enlatadas. Debido a que cambió mucho la labor a nivel tecnológico, y obviamente operativo con la cuestión de los volúmenes, entonces hubo que sumar soluciones de robotización, desde sorters hasta otras aplicaciones intermedias. Entre ellas, aforadores para controlar más rápido los pesos y que los despachos sean más rápidos; los programas de ruteo, o sistema de WMS, que eran iniciativas que se venían trabajando, pero que tomaron una dinámica mucho más acelerada, dada la urgencia del momento.

 

– Más allá de las cuestiones tecnológicas, ¿cuáles son los problemas más acuciantes que tiene el sector postal?
– Algunos inconvenientes son compartidos con otras actividades con un contexto argentino siempre desafiante, que todos confiamos en que se irá resolviendo, como ser la inflación o las cuestiones vinculadas con el crédito. Lo que siempre ha sido una preocupación para el sector es la competencia informal. Esta es una actividad que requiere de un grado de formalidad, que tienen sus regulaciones y demás que básicamente tiene que ver con el modo en que los correos honran esa confianza que se deposita cuando se les entrega un paquete o, en su momento con mayor frecuencia, una carta o papeles comerciales. Eso tiene una regulación legal que los correos cumplen estrictamente, pero en los últimos tiempos han aparecido competidores que no juegan bajo las mismas reglas.

 

 

– ¿Qué tipo de situaciones tienen que enfrentar las empresas que operan en el interior del país?
– Uno de los temas que estamos enfrentando es que esta transformación del tradicional correo de cartas hacia esta nueva modalidad de entrega de cosas también genera algunas distorsiones en la aplicación de regulaciones fiscales locales. En algunos lugares hay colisiones entre lo que es el secreto postal, que es una cuestión extremadamente importante, por el modo en que los correos deben desenvolverse desde lo ético y lo legal y la apariciónde algunas normas locales que afectan ese marco. Este es un tema de preocupación que también hemos venido tratando de abordar desde la Cámara.

 

– ¿Cuál es la situación derivada del incremento de los costos para las operaciones de los correos?
– AECA viene a haciendo un seguimiento de ese tema con un trabajo de generación de índices de costos propios en este contexto inflacionario, que afortunadamente se estaría desacelerando. Pero esto expone otros temas que necesariamente hay que abordar, como son los costos ocultos, ya sean asociados a la duplicidad fiscal o con la incorporación de sistemas para mejorar los ratios de entrega. Básicamente tiene que ver con hacer más eficientes las operaciones para evitar justamente estos costos ocultos que se vinculan con la multiplicidad de intentos de entregas por errores o una variedad de situaciones circunstánciales. Hay cuestiones que se pueden cubrir en los índices que mes a mes elabora la Cámara y otras que se van a escapar, pero que son de interés para la actividad.
El Índice de Mayores Costos de AECA mide 16 rubros que impactan directamente en las finanzas de las empresas, que se pueden dividir en tres sectores: el laboral; el transporte que incluye amortización vehicular, lubricantes, combustibles, seguridad, peajes, flete aéreo y neumáticos; y otros gastos, como papelería, patentes, tasas, impuestos, costo financiero, alquiler conectividad e insumos, como agua, electricidad y gas. La estructura de costos es diferente para el servicio postal, donde la mano de obra tiene mayor injerencia.

 

– ¿Cómo están las empresas en este momento?
– Están creciendo con los desafíos del contexto, pero es un sector que viene creciendo, mantuvo sus niveles de empleo, pese a la tecnificación. Es decir, la incorporación de tecnología no implicó pérdida de puestos de trabajo, sino que ha reconvertido puestos en posiciones de mayor valor, siendo que se ha incorporado tecnología, quizá no de forma masiva, pero sí de manera importante. Es un sector que tiene la necesidad de contar con créditos para la incorporación de avances tecnológicos, desarrollos, etcétera.

 

– ¿Qué otros desafíos están enfrentando los correos?
– En la Cámara tenemos algunas iniciativas vinculadas con la sustentabilidad, que es una cuestión que atraviesa hoy a toda la sociedad, pero en esta actividad tiene mucha trascendencia. Por ejemplo, AECA mide la huella de carbono, un tema en el que fue pionera, ya que fue una de las primeras entidades en hacerlo en el país. Así, hoy puede verse en la calle como han cambiado las flotas con la incorporación de vehículos eléctricos, otros impulsados por GNC o híbridos. También hay un proceso para dejar de usar film en el embalaje y reemplazarlo por otros elementos menos contaminantes, en donde se pueda. Hay muchas iniciativas que están muy maduras en la industria. También se dan iniciativas para la reducción del uso de insumos o para su reciclado. La sustentabilidad es un tema que nos atraviesa de manera importante. Además, se están dando iniciativas que tienen que ver con lo que llamamos triple impacto, la incorporación al ecosistema de Empresas B, donde hay varias iniciativas.
En otro sentido, crece la incorporación de mujeres. Esta era una actividad típicamente masculina, que se ha preocupado bastante por mejorar esa ratio y lo viene haciendo con éxito con un aporte súper interesante. La participación femenina en la fuerza de trabajo está en aproximadamente 20 por ciento, por lo que aún resta trabajar al respecto.

 

– ¿Cuál es el vínculo que mantienen los correos con elresto del sector logístico?
– La logística es un socio imprescindible para las empresas que componen AECA y los correos también lo son para las logísticas, porque son los encargados de la distribución de última milla, así que siempre han sido industrias que se complementan y se mejoran mutuamente. Hay integración y un trabajo conjunto, aunque puede haber algunas zonas de solapamiento, pero es una convivencia muy positiva.

 

– En cuanto a la Cámara ¿cuáles son los servicios a los que el socio de AECA puede acceder?
-Las capacitaciones son un eje importante. La Cámara es bastante solidaria en ese sentido, ya sean capacitaciones ad hoc o del conocimiento compartido permanentemente a través de las comisiones de buenas prácticas operativas y comerciales, donde se intercambian experiencias de empresas grandes, medianas o chicas. Obviamente, se compite por servicio, pero se comparte mucho en las capacitaciones o el trabajo en las comisiones.