Nudos que traban el comercio exterior

Licencias no automáticas. El Gobierno dice que son medidas para evitar que se dañe la capacidad productiva; reclamos del sector privado.
 

Un recurso que oficialmente se aplica para analizar los nuevos flujos comerciales e investigar los que resulten sospechosos. Extraoficialmente, para proteger a determinados sectores. Y en los hechos, muchas veces termina siendo perjudicial aún para los sectores que deberían resultar beneficiados.

Licencias no automáticas, de ellas se trata.

Dos ejemplos -uno relatado por un empresario; el segundo, por un abogado especialista en temas de comercio internacional- para ilustrar lo que ha ocurrido en las últimas semanas.

1) Empresa del sector del packaging. Una de las máquinas principales que utiliza se rompe. El repuesto para que vuelva a funcionar no se hace en el país, debe importarse desde Europa. La pieza podría ingresar sin problemas, pero resulta que tiene algunos tornillos especiales con los que se ensamblan sus partes y allí es donde la telaraña de las licencias no automáticas lo alcanza. Hasta tanto obtengan la licencia para ingresar el repuesto al país, esos tornillos detienen la producción de la planta.

2) Caso cierres. Se trata de un insumo intermedio. Ante las demoras que se producen en su importación (por el régimen de licencias no automáticas), a los fabricantes locales de mochilas, por ejemplo, sólo les queda comprarlos a los pocos proveedores argentinos que, ante la falta de competencia y aumento de la demanda, suben el precio. Ergo, el costo de las mochilas argentinas se eleva y eso beneficia, paradójicamente, a las de procedencia china.

La versión de Eduardo Bianchi, subsecretario de Política y Gestión Comercial de la Nación, funcionario de la Secretaría de Industria -organismo de aplicación de las licencias no automáticas-, es diferente.

"El tema de los cierres no es exactamente así. Hay dos empresas locales que venían desde hace mucho con una acción antidumping contra China porque vendían la mercadería por debajo del costo. Era un sector muy castigado que ahora se está reconstruyendo", justificó.

El "Caso 1" quedará sin efecto al menos por un mes. La semana pasada, se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 121 por la que se suspende por 30 días el régimen de licencia no automática para importar tornillos. ¿Se trata de una flexibilización de la política oficial? No, sólo de una suspensión para "encontrar la forma adecuada de describir el producto y diferenciar los tornillos que son para el mercado de reposición, que el 70% viene de China por debajo del costo, de los que forman parte de autopartes o repuestos", explicó Bianchi.

María Gottifredi, abogada especialista en temas aduaneros, opinó: "Tal como están planteadas hoy, las licencias no automáticas son la medida paraarancelaria más importante que puso la Argentina. Es lícito establecer licencias, pero la OMC dice que cualquier tipo de licencia no puede restringir el comercio y le apunta a los países miembros que de establecerlas, las mismas no podrán demorar en emitirse más de 60 días. Este es el plazo que la Argentina no esta cumpliendo".

Juan Patricio Cotten, del Estudio Petersen & Cotten, sostuvo: "En los últimos tiempos hemos visto que los certificados de importación (técnicamente licencias de importación) se establecieron para un número cada vez más importante de posiciones arancelarias (diría más de 2000), generando en muchos casos atrasos significativos en su tramitación y otorgamiento. La autoridad de aplicación ha visto multiplicar las posiciones sobre las cuales le corresponde emitir certificados, a punto tal que resulta en muchos casos imposible administrar su tramitación en los tiempos establecidos por el GATT. El incumplimiento en la entrega de certificados genera serios problemas a los importadores".

Bianchi, sin embargo, insistió en defender la actuación oficial. Dijo que actualmente el tiempo promedio para las licencias no automáticas es de 60 días y "si existe alguna demora es absolutamente involuntaria", y aseguró que en el país "sólo hay licencias no automáticas para unas 400 posiciones arancelarias, mientras que en Brasil el listado es de más de 5000 productos".

¿Crecerá ese listado de aquí a fin de año?, preguntó LA NACION. "La prioridad absoluta del Gobierno es proteger la producción nacional porque eso permite el consumo y hace que la economía se mueva. Tomaremos las medidas que hagan falta para evitar que se dañe eso. Estamos siendo muy cuidadosos con el uso de esta herramienta, pero la aplicaremos cuando haya sectores en peligro. No permitiremos que se vuelva a dañar la capacidad productiva del país", concluyó Bianchi.