Lucio Zemborain, asesor legal de Fadeeac explica cómo es la relación con uno de los gremios más poderosos del país.
Lucio Zemborain asesora legalmente desde 1985 a la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), entidad que negocia todos los años las paritarias con el Sindicato de Camioneros liderado por Hugo Moyano. En las últimas tres décadas, así, fue protagonista de todos los vaivenes políticos, económicos y sociales acaecidos. De hecho, todavía recuerda cuando, en 1988, negoció durante todo un año la renovación del convenio colectivo de trabajo, finalmente sancionada al año siguiente y que, como principal cambio, incorporó los convenios por rama: transporte de caudales, correos, recolección de residuos, distribución de combustibles y demás.
Pero el punto de inflexión llegó en 2003, cuando volvieron a discutirse las actualizaciones paritarias anuales de salarios. «A partir de ese momento, se inició un período muy duro, sobre todo porque los actores teníamos que volver a conocernos después de diez años, para entender cuáles eran los intereses de las contrapartes. Además, la organización gremial había adquirido un poder importante, no sólo por la vinculación con el Gobierno, sino por el elevado nivel de sindicalización del personal, lo que le permitía llevar adelante acciones directas de forma muy sencilla. Y eso es lo último que quiere una empresa de servicios, puesto que el servicio que no presta se pierde. No puede estoquearlo como en una fábrica», explica.
En adición, las empresas de transporte de cargas enfrentaron a lo largo de estos últimos diez años una dificultad cada vez mayor para trasladar las alzas salariales a las tarifas, reduciendo sus márgenes de rentabilidad para no quedar afuera del mercado. «Eso nos llevó a tener una posición necesariamente firme a la hora de la negociación, aunque siempre se privilegió encontrar una salida», indica Zemborain.
–Pero ¿cómo son esas mesas de discusión?
–Las negociaciones son largas, en ocasiones rudas y subidas de tono, pero dentro de lo que es dable esperar. Usualmente, diez a doce personas de la Mesa Laboral de Fadeeac nos reunimos con los secretarios generales de las distintas provincias y ramas del Sindicato, que pueden llegar a ser unas 40 personas. Pero tan importante como eso es la paritaria interna previa que hacemos en Fadeeac.
–¿Por qué?
–Al ser una federación de 45 cámaras empresariales, son muy distintas las realidades y los intereses, de modo que debemos llevar a cabo un trabajo de por lo menos un mes y cuatro a cinco reuniones para ponernos de acuerdo con una propuesta. Por eso se trata de una negociación tan difícil y que nunca deja completamente satisfechos a todos. Pero la negociación es como la política: el arte de lo posible.
–¿Y cuáles son las perspectivas para este año?
–Son difíciles, ya que la inflación obliga prácticamente a una discusión permanente. Por otro lado, no existen índices que sean confiables para ambas partes. Pero el contexto de brutal caída de la actividad debería generar cierta cautela en el gremio, porque la crisis siempre se impone, lamentablemente.
NG-5 de mayo 2015 / Clarín