Comienzan los preparativos para el despliegue logístico destinado a la realización de las próximas elecciones.
Parece sencillo al relato, pero ejecutarlo “es más complicado”. Resguardar y movilizar materiales reservados, y organizar a miles de personas y de vehículos por todo el país, necesita de una planificación y una experiencia que para las elecciones nacionales le corresponde ejecutar el Correo Argentino, “no sólo porque es el único autorizado, sino porque ha venido demostrando su capacidad”, de acuerdo con los testimonios de dos de sus técnicos expertos, que acreditan en su haber la supervisión de más de 500 actos electorales y que planean la continua modernización del servicio. Â
“El Correo Argentino es la mano ejecutora en este servicio que es muy específico y su importancia radica en que involucra una gran logística para planificar y llevar un enorme bagaje de elementos por todo el país, distribuirlos y finalmente ejecutar el repliegue”, describió Rolando Visconti, gerente de Servicios Electorales de la institución oficial.
El bagaje que refiere el directivo (técnico de carrera dentro del Correo) abarca 92 mil cajas de cartón plegadas, que armadas serán las urnas; boletas para los votos (que imprimen los partidos políticos y que tienen un volumen muy elevado); cuartos oscuros móviles (grandes biombos de madera que posee el Ministerio del Interior y que se arman en las escuelas donde no alcanzan las dependencias); padrones (que imprime la Cámara Federal electoral y se depositan en Casa de la Moneda), y útiles varios”.
Todo debe estar listo a las 7.45 de la mañana del domingo. Pero antes de llegar a ese momento se realizan muchas tareas. Elso Tedesco, jubilado del Correo y actualmente asesor para estos servicios, mencionó que ese área “se encarga de constatar con la elección anterior para incorporar las escuelas nuevas, además de verificar que cada una tenga la cantidad de cuartos oscuros necesarios”.
Por su magnitud territorial, “ese control se realiza en la provincia de Buenos Aires con unos cinco meses de antelación y en el resto de los distritos unos tres meses antes”, agregó Tedesco.
En tanto Visconti, encargado de preparar el presupuesto de gastos para estos servicios, comentó que lo primero es sentarse a “negociar” con el Ministerio del Interior y Transporte, del cual depende el Correo, para acordar qué tareas se les pide y qué costos tendrán que encarar. “Porque los fondos los pone Interior, pero nosotros hacemos todos los pagos (que abarca al personal contratado para la logística, choferes, empresa encargada de poner la flota de vehículos y el pago que corresponde a los autoridades de mesa)”; valores sobre los cuales mantuvo reserva.
Concretada esa etapa “noventa días antes de las elecciones se coordina el plan para el despliegue y repliegue. Nosotros sabemos por dónde ir a cada lugar y coordinamos el operativo con el Ministerio y el comando electoral, que también debe organizarse para poner los vehículos de custodia detrás de los nuestros”, relató Visconti.
Unas 45 mil personas del Correo (entre agentes de planta y contratados para la ocasión) y más de 8.000 choferes comenzarán a fines de abril a realizar “varios viajes desde los depósitos de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior hasta los que en cada jurisdicción tiene la Justicia federal con competencia electoral”, añadió.
En cada distrito, la justicia electoral “arma e identifica urna por urna, incorpora dentro de ellas útiles, formularios y el padrón que corresponde a cada una. Además, ordena los mazos de boletas de cada agrupación política, conforme la cantidad de urnas para cada local de comicios de su jurisdicción”, puntualizó Visconti.
El camino de las urnas continúa con “el traslado que hace el Correo de todos esos elementos para llevarlos a la cabecera que tiene en la ciudad capital de cada provincia. Desde allí los envía a las distintas sucursales electorales y luego se desplazan hacia los locales de comicios el sábado previo al acto electoral; aunque en algunos casos se hace el mismo domingo. La entrega a las autoridades de mesa debe realizarse antes de las 7.45; en algunos distritos, la Justicia electoral dispone que sea a las 7.30”, describió Tedesco.
La flota de vehículos para este itinerario es muy variada, ya que depende del volumen de las cargas, de las distancias y de las particularidades de cada zona, por lo cual se contratan “desde bicicletas hasta aviones. Y también mulas”, señaló Tedesco, quien por su larga experiencia asegura que las mulas “saben muy bien cómo llegar; conocen el camino tanto como el baquiano que las conduce”. Explicó que se recurre a ellas en lugares de difícil acceso de las provincias del noroeste y que “en las ciudades donde hay mucho tránsito vehicular se utilizan bicicletas, aunque estamos supliéndolas con motos, para llevar rápidamente desde las escuelas a las oficinas de Correo el telegrama con el resultado del escrutinio”.
Los técnicos precisaron que para todo el despliegue y repliegue el Correo oficial prevé contratar 11.198 unidades de distinto tipo y porte, que comprenden: 175 vehículos 4 x 4; 2.886 automóviles; 981 camiones; 4.742 camionetas; 1.608 colectivos; 1 cuatriciclo; 6 lanchas; 672 minibuses; 34 mulas; y 93 tractores. Todos los traslados se realizan “con custodios, para dar transparencia a todo el acto. El Ejército no toca las urnas, sino que las custodia y es el juez federal la autoridad máxima sobre ellas y sobre los locales de comicios”, indicó.
El domingo de las elecciones, a partir de las 18 comienza el escrutinio provisorio, para el cual una empresa contratada (que generalmente es la española Indra) procesa los resultados de los telegramas que digitalizados van enviando las sucursales electorales al edificio del Correo Argentino, ubicado en Brandsen 2070, del barrio porteño de Constitución.
Para esa tarea se habrán preparado 19 salas que totalizan 6.659 m2. Además, “el Correo dispondrá de un equipamiento para el llamado Sistema de digitalización de telegramas de escrutinio de mesa (Siditel); 221 centros de trasmisión digitalizados; 442 equipamientos especiales de escáneres; 75 faxes de alta gama, y 292 PC dedicadas”, mientras que la empresa encargada del recuento aportará sus computadoras y personal de data entry. “Nosotros ponemos personal de logística y mensajeros”, detalló Visconti.
A las 48 horas se define el escrutinio definitivo, cuando la Justicia electoral constata el provisorio con los originales de los telegramas que recibe. “Cuando pasamos a retirar la documentación de cada mesa, después de las 18 de ese domingo, levantamos las urnas con las boletas de votación válidas y el certificado de escrutinio, y aparte, un bolsín transparente con cierre y precinto donde va el padrón con las actas de apertura, cierre y escrutinio, con los votos impugnados y recurridos y, eventualmente, actas por algún incidente. Con esto se hace el escrutinio definitivo”, relató Tedesco.
Hay casos especiales, como el de los ciudadanos que sufragan en el exterior, cuyos votos no llegan a incorporarse en el escrutinio provisorio y es la Cámara Electoral la que se ocupa de las urnas que se llevan y traen. Otro es el de los presidios, donde el Correo realiza un operativo especial y no se hace escrutinio provisorio: “Los votos se colocan en bolsines especiales y se trasladan con una gran medida de seguridad, ya que que nadie los ha escrutado y recién lo hará la Cámara Electoral Nacional. Cada voto se contabiliza para la provincia que corresponda al domicilio del votante y no por el lugar donde está detenido”, puntualizó Tedesco.
Terminado el escrutinio, el Correo Argentino inicia el repliegue hasta la Secretaría electoral de cada provincia “de las urnas con material electoral; telegramas de escrutinios de mesa; continentes con a
ctas, sobres recurridos y bolsas con materiales de rezago. Los sobrantes los entrega donde el juez federal electoral disponga; puede ser en el Congreso nacional o en la Legislatura porteña”, apuntó Viconti.
En cuanto a las urnas, una vez realizado el escrutinio definitivo, “se donan con todo lo que tienen adentro, por ejemplo al hospital Garrahan, salvo las que puedan tener observaciones. Como cada fiscal tiene un certificado de escrutinio que entrega la mesa, si coincide con todo lo que está cargado no hace falta abrirlas”, dijeron los técnicos. Estas urnas que ahora son de cartón, por iniciativa de Tedesco en los años ’90, fueron reemplazando a las antiguas que eran de madera.
NG-7 de abril de 2015 / Fuente: Redacción Expotrade, suplemento Transporte y Logística, diario La Nación