Diversos actores del transporte se integraron a una plataforma para desarrollar políticas ambientalmente sustentables.
Gottig: La reducción de emisiones tiene que ver con un menor uso de combustibles fósiles, lo que se vincula directamente con la reducción de costos.
La aplicación de las nuevas tecnologías en los motores de los vehículos para el transporte de cargas ayudará a la reducción de emisiones de carbono, pero además deberá disminuir el consumo de combustibles y conservar de mejor manera las partes de los automotores para redundar en una disminución de los costos para los empresarios del sector.
Esa fue una de las líneas desarrolladas durante la presentación de la Plataforma ONTS – Observatorio Nacional de Transporte Sostenible, en la Universidad Nacional de San Martín, como parte del proyecto Promover vías de desarrollo bajas en carbono y resilientes al clima para Argentina (ProCLIM-AR) dentro de un acuerdo de cooperación bilateral entre Argentina y Alemania.
“La plataforma es un espacio abierto, de diálogo, participación, intercambio, aprendizaje y búsqueda, en conjunto entre distintos actores de las mejores soluciones. Cuando decimos distintos actores estamos hablando del sector público y privado, pero también es muy importante la participación de la sociedad y la academia”, explicó Alejandro Gottig, referente técnico de la Plataforma ONTS y miembro de su Comité Ejecutivo.
¿Quiénes fueron convocados por el sector social?
La sociedad en el transporte son cámaras, asociaciones, federaciones; en el campo ambiental son fundaciones, asociaciones que buscan revertir el cambio climático. La función de la academia es ponerle números y ciencia a todo eso. Entonces, la plataforma es un ámbito donde se suma a todos, porque la política pública puede poner regulaciones, pero tiene que dialogar con el sector privado y que éste diga qué funciona o qué no va a funcionar porque -por ejemplo- se pueden disparar los costos.
¿Por qué se eligió el formato de plataforma?
En las acciones contra el cambio climáticohemos visto quefuncionan mejor los espacios de diálogo, donde están todas las partes y se van sacando en limpio los insumos para las políticas. Por eso creamos un espacio que va a funcionar de manera independiente. Es una iniciativa que involucra al Gobierno argentino, que acordó con el alemán, que dona estos fondos, pero funciona como espacio independiente que genera propuestas para las políticas de descarbonización del transporte.
¿Cómo tomaron esta iniciativa las cámaras empresarias?
Las cámaras están muy interesadas, porque la reducción de emisiones tiene que ver con un menor uso de combustibles fósiles, lo que se vincula directamente con la reducción de costos. Cuanto menos combustible se use, menos emisiones habrá. Entonces, hay mucho interés desde esa perspectiva. Además, existe toda una trayectoria previa. La plataforma se fue diseñando desde la experiencia de haber trabajado en varios proyectos en el sector privado, la academia o la consultoría, donde se vieron falencias que muchas veces tienen que ver, sobre todo, con la comunicación. Desde el Gobierno se trabaja en algo muy concreto, con enfoques muy específicos y con trabajos académicos,muchas veces sin tener en cuenta ni interactuar libremente con otros actores y otras áreas. Eso lo vimos en los últimos años con los empresarios y la Unsam. Ahora, la idea es traer a todos a una mesa y trabajar sobre lo mismo, desde sus enfoques, sus necesidades y sus intereses.
¿Cómo está la región y la Argentina, en el sentido de sustentabilidad en el transporte?
En la región, Chile tiene muchas de estas experiencias muy avanzadas, empujadas por la necesidad que tienen de mejorar la calidad de aire, ya que la polución ambiental en Santiago de Chile hizo que fueran más agresivos. Primero con normas de reducción de emisiones después, con la introducción de buses eléctricos. Santiago de Chile y Bogotá son las dos ciudades, fuera de China, con la mayor flota de buses eléctricos en el mundo, con 2.000 unidades cada una. El otro mercado grande y de referencia en América es Brasil, que también han tenido normas estrictas. Nosotros nos fuimos quedando un poco atrás. Hoy, Europa están con norma Euro 6 y discutiendo la fecha de entrada en vigencia de Euro 7. Y acá, estamos en Euro 5 todavía.
¿Cuáles son las circunstancias que llevan a esa situación?
R: Por un lado, es complejo dar continuidad a políticas de Estado de largo de largo plazo. Por otro, afecta la presencia o no de industria automotriz, porque Argentina, Brasil y México tienen terminales que podrían verse afectadas por un cambio en la matriz, mientras que a los países andinos importar un vehículo de combustión o uno eléctrico no los afecta y, por el contrario, les mejora la balanza. Además, está la disponibilidad de recursos, porque hay países con una alta electrificación respecto de la región, debido a que carecen de petróleo.
¿Cuáles son los intereses que han detectado en el sector?
La reducción de emisioneses el objetivo central de esta cooperación. Si bien esto puede interesar mucho al transportista, lo básico es el ahorro, porque un litro menos de combustible consumido son menos gases de combustión. Se debe pensar que, en Argentina, las empresas de transporte de carga de larga distancia, que son las más exigentes en cuanto a desempeño, tienen 40% de su costo en el combustible. Entonces, en el contexto actual hablamos tanto de eficiencia energética, de competitividad, de mayor vida útil de los vehículos y las partes, menores emisiones locales, menos incidencia en el cambio climático y también menor impacto en la salud en las ciudades.
¿Cuál ha sido la experiencia previa en cuanto a plataformas?
Con este concepto hemos ensayado durante varios años la plataforma escenarios energéticos que existió en Argentina, entre 2014 y 2020, y tuvo una contraparte en Chile, entre 2009 y 2018. En ese país se logró un gran avance en materia de energías renovables. En Argentina, el Gobierno se empezó a involucrar desde 2016 hasta 2020. Conceptos del Plan Nacional de transición energética salieron de esos diálogos. Son cosas que no quedan plasmadas con el mismo título en una política, pero son insumos para que a quien le toca gobernar tenga una lectura directa de qué es lo que están pidiendo los actores que tienen que lidiar con esto en el día a día.