Con la consigna de que 2020 será un año que catalizará a la sociedad y las empresas, Fernando Zerboni propuso otra forma de considerar la organización.
“Esta es la nueva normalidad, es la transición en la que hay que aprender a trabajar de otra forma”.
La complejidad no se puede resolver usando la mente individual, sino de forma interconectada. La interdependencia sería una manera de definir la nueva realidad en la que la pandemia sumergió a la sociedad, aseguró Fernando Zerboni, profesor de Marketing y Negocios en la Universidad de San Andrés, durante el Supply Chain Summit.
En su exposición, Zerboni sostuvo que “la organización tiene que está de acuerdo con el entorno”, aunque reconoció que “es muy difícil ordenarse con entornos cambiantes” y agregó: “2020 va a ser un año para recordar, como 1914, 1789 o 1810, porque todos terminamos en un lugar que no esperábamos. Las sociedades no pueden pronosticar lo que pasa y las empresas dependen mucho de las sociedades”.
Al respecto, consignó que “en la historia hay momentos normales, que parecen acordes con las predicciones y son el mundo ideal de los ingenieros. Y los hay en los que la historia cambia brutalmente, se acelera, lo físico deja lugar a la información. La complejidad es el momento de transición hacia un nuevo orden”.
“Vamos a un nuevo mundo que no es ni físico ni digital, es el mundo ciberfísico. Es una nueva realidad. Estamos en la transición hacia un nuevo mundo que requiere nuevas ideas y nuevos tipos de organizaciones”, dijo el profesional.
Sentenció que “esta es la nueva normalidad, es la transición en la que hay que aprender a trabajar de otra forma. En la que palabras como incertidumbre, cambio, adaptación, vinieron para quedarse. La principal incertidumbre es cómo se va a comportar la sociedad cuando se vuelva a tener contacto físico y no se puedan usar los datos anteriores”.
Zeboni sostuvo que “esto no es caos, hay un orden distinto, es descentralizado, y los nodos importan mucho, con comportamiento de enjambre. No hay orden, pero hay reglas, aparecen los patrones”.
“Nadie puede ordenar una sociedad, pero si las partes. Las características de los sistemas complejos es que nunca se estará en equilibrio; no hay causalidad; la respuesta a un estímulo no es lineal; no se puede modelar, porque no hay una solución única, el modelo es el sistema; no es posible el control, las restricciones son las reglas; no hay nadie que pueda entender todo el sistema; es necesario adaptarse”, enfatizó.