Con un crecimiento de 300% del e-commerce, la atención de las empresas de logística se puso en adaptar sus recursos y procesos.
El procedimiento adoptado por OCASA es parte de su apuesta por brindar un servicio seguro y confiable en cada etapa.
En cuarentena, la logística adquirió un protagonismo sin precedentes ya que, en una primera etapa, de ella dependía la distribución y el abastecimiento de los productos esenciales, y actualmente está jugando un rol clave en la reactivación de comercios de distintos rubros.
Frente a la aparición del COVID-19 y tras el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio, la logística además debió hacer frente a un abrupto crecimiento de las compras online, que en contexto de pandemia alcanzó a ser del 300 por ciento, de acuerdo a la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).
Esto se tradujo inmediatamente en un mayor volumen para las empresas del sector, que prácticamente de un día para el otro debieron adaptar sus recursos y procesos para responder a la creciente demanda, mientras la cantidad de personal disponible para trabajar se vio afectada.
María Clara Torrado, gerente de Customer Experience de Ocasa, explicó que “el proceso logístico comienza en el momento en que se le informa al cliente que se va a despachar el producto. La colecta se realiza mediante un escaneo para asegurar su trazabilidad y cada envío tiene una etiqueta con las referencias que permiten rastrear la caja, como así también los datos de la entrega; en ningún caso se detallan referencias sobre el contenido o valor del mismo”, señaló.
Al llegar a la planta, el paquete es descargado y nuevamente escaneado para ingresarlo al sistema y dar inicio al proceso. “Cada operador que realiza los pasos de lectura de la pieza y el armado de pallet, así como aquellos que intervienen en la ruta de la última milla, quedan identificados en el proceso”, resaltó.
La última instancia es el destino final. “Los choferes cuentan con un registro especial en la compañía y tienen sus propias métricas de performance que identifican los porcentajes de entregas efectivas, como así también otros indicadores esenciales que nos permiten obtener oportunidades de mejora en este tramo del proceso”, enfatizó Torrado.
El recorrido de cada vehículo es monitoreado mediante GPS y el chofer registra el resultado de la entrega en el sistema a través de un teléfono móvil.
Torrado afirmó que el procedimiento adoptado por Ocasa es parte de su apuesta por brindar un servicio seguro y confiable en cada etapa. “En cualquier instancia del proceso, el cliente corporativo, el vendedor o el destinatario final tiene acceso a los canales de post venta para realizar consultas o reclamos”, finalizó.