El flamante presidente de Arlog, Raúl Garreta, planteó la necesidad de contar con un proyecto nacional para el sector, más allá de las obras de infraestructura.
Alejo González Prandi y Eduardo Pérez
Con una sólida trayectoria en la actividad, Raúl Garreta fue elegido recientemente para presidir la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog), que asume el desafío de colaborar en la mejora de la compleja situación logística que reina en el país.
Luego de ser vocal, secretario, vicepresidente segundo y primero de la entidad, hoy el directivo destaca como hechos positivos que la Argentina sigue siendo un referente regional del sector en la región, el diálogo con funcionarios del gobierno nacional y la relación con otras instituciones privadas, como la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), a fin de alcanzar objetivos previstos.
A su vez, indicó a que sigue faltando un plan logístico que incluya plazos y programas de inversiones. También dijo a Info Transporte & Logística que es necesario enfocarse en las tecnologías nuevas, en una logística rápida que apunte a los servicios y a la baja de los costos y continuar con el desarrollo de las capacitaciones.
¿Cuál es la situación actual de Arlog?
Hemos generado eventos importantes, como Expo Logisti-k, en donde se ha trabajado muy bien. En el encuentro anual de la asociación estamos creciendo todo el tiempo. Ahora, tenemos un poco más de suerte con la participación de funcionarios de gobierno e importantes personalidades. Por ejemplo, estuvo [el ministro de Transporte, Guillermo] Dietrich, [el titular del Ministerio de Trabajo, Jorge] Triaca y [Carlos] Melconian. Eso nos posicionó muy bien ante la opinión pública. También se desarrolló el Observatorio de Investigaciones Logísticas de Arlog, en el que se hizo un trabajo importante en cuanto a recursos humanos y otras temáticas afines. Además, seguimos dando informaciones y servicios a los socios.
¿En este nuevo período, cuáles son las metas?
Con el equipo entrante le damos cierta continuidad a temas en los que que fuimos avanzando y que debemos sustentar. Hay que tratar con las tecnologías nuevas. Existen modificaciones en las cadenas de abastecimiento por las exigencias de los clientes o usuarios. Si miramos el e-commmerce, necesitamos desarrollar una logística muy rápida con un foco fuerte en servicios y que, por otra parte, bajen los costos. Es un desafío importante. Hay muchas herramientas para hacer controles y seguimientos. Tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Además, apuntamos a que se acerquen nuevos representantes de empresas y estudiantes con ganas de colaborar. En ese sentido, hay un grupo de trabajo que se llama “Nuevas ideas”, que está relacionado a la innovación. Vamos a empezar a integrar comisiones para desarrollar temáticas específicas.
¿Qué tienen pensado para mejorar la capacitación?
La capacitación forma parte de herramientas para involucrar a la gente en la problemática logística y enseñarles a resolver problemas. Lo que estamos haciendo en los últimos tiempos es tratar de orientar los contenidos a los problemas genuinos de cada empresa. Nos reunimos en sus instalaciones, analizamos cada situación particular y los ayudamos a solucionar esos inconvenientes. Nuestro cuerpo docente es muy importante y está a la altura de los desafíos.
¿Qué alternativas tiene una empresa para ser competitiva?
Se tienen que buscar eficiencias. Por ejemplo, hoy los bitrenes están planteados como una posibilidad para transportar más carga con tecnología importante. El Ministerio de Transporte está abriendo la puerta para trabajar en ese sentido. Si tuviéramos trenes necesarios, sería otra solución para abaratar costos. Donde hay, se los usa bien. Pero hay mucho por hacer y tampoco los problemas se van a resolver rápido. Más allá de esto, está la logística interna de cada empresa. A veces, un depósito no está bien diseñado y no opera eficientemente. Creo que hay compañías que deben crecer puertas adentro. Desde Arlog queremos ayudar a que sean más productivas y bajen los costos internos.
¿Cuáles son los asuntos que se deberían priorizar a nivel nacional?
Sigue faltando un plan logístico para saber los plazos y programas de inversiones. Estoy contento con el trabajo que hace el Ministerio de Transporte. Nos dan lugar y participamos. Pero si no podemos planificar, es muy difícil mirar hacia adelante. Tenemos que pensar cómo manejamos la logística en Argentina. No sólo se trata de un plan de infraestructura.
¿Qué aportes se pueden hacer desde Arlog?
Tratamos de llegar a las autoridades correspondientes, con los que compartimos nuestra opinión. Creo que estamos en un buen camino. Hay algunos temas que no se sabe cómo se van a resolver. A partir de la muy buena relación mantenida con la Fadeeac y la Cedol, podemos tener más fuerza en el planteo de alternativas que puedan ayudar.
¿Cómo está el proyecto de conformar un Consejo Nacional de Logística?
Creo que está muy lejos. En Uruguay puede funcionar bien, pero acá falta bastante tiempo. A lo mejor para las autoridades hay otras prioridades, aunque para nosotros es clave. Habrá que seguir machacando para saber qué podemos lograr.
¿Cómo ve la situación portuaria en el país?
En la asociación conformamos una comisión de puertos, fundamentalmente desde la logística del comercio exterior. Cada vez que convocamos a algún especialista o funcionario del gobierno nacional, nos encontramos con que no está claro qué es lo que se quiere hacer. Entre otras cosas, la realidad es que tenemos que dragar los accesos a los puertos y mejorar la hidrovía para reducir los costos.
¿Cuál es el nivel de la logística argentina con respecto al panorama internacional?
En un reciente encuentro de Alalog [Asociación Latinoamericana de Logística] quedó claro que, a pesar de todos los problemas, Argentina sigue siendo un referente regional. Países de Europa o Estados Unidos están más avanzados. Nos llevan ventaja. Desde el punto de vista de la eficiencia y el conocimiento logístico, tenemos un problema de costos importante en la comparativa mundial. Hay que analizar cuánto de eso se debe a la falta de infraestructura, de apoyo estatal o a la monstruosa carga impositiva.