Especialistas de YPF explicaron las formas de tratar el producto desde la planta hasta el momento de su uso, para evitar inconvenientes.
El objetivo fue transmitir la forma en que debe ser la gestión en una planta de combustibles.
La seguridad, el mantenimiento de las instalaciones, el control de las operaciones y los procedimientos son los cuatro pilares de la Gestión Integral de Combustible, según explicaron Gustavo Tomas Cincotta y Gabriel Sebastián Stevanato, analistas de Asistencia Técnica de la División de Lubricantes de YPF.
Los especialistas fueron los encargados de brindar una serie de consejos para la manipulación de los combustibles –en especial en las empresas de transporte- durante un seminario por web que realizó Expotrade.
Cincotta orientó su disertación en dar consejos e informaciones sobre cómo llevar un correcto manejo del combustible desde la instalación de las unidades hasta la operación en las máquinas que lo consumen.
El objetivo del especialista también fue transmitir cómo la compañía percibe la forma en que debe ser la gestión en una planta de combustibles, las buenas prácticas para la conservación del producto, aptitudes y factores que pueden comprometer su integridad.
Cincotta destacó como ítems principales la formulación de los combustibles, de acuerdo a regulaciones estatales, internacionales y definiciones de los fabricantes de equipos, los requerimientos de los clientes.
A su vez, puntualizó que se deben tener en cuenta la certificación de calidad, el transporte a través de poliductos o barcos, la certificación en la terminal de despacho y por último las estaciones o instalaciones del cliente final.
YPF cuenta con tres refinerías, ubicadas en La Plata, Luján de Cuyo, Mendoza, y Plaza Huincul, Neuquén. A su vez tiene 16 terminales de despacho en el territorio nacional. De forma anual, analizan 13 millones de m³ de productos, lo que equivale a más de 10 tanques certificados.
Por otra parte, hizo hincapié en la gestión que está dividida en cuatro pilares articulados: la seguridad, las instalaciones, la operación, la gestión y la calidad.
En relación a estas claves, aclaró que se ajustan a normas vigentes, verificaciones, mediciones y mantenimientos para que la manipulación del combustible conserve todos los estándares de calidad que YPF establece para la industria.
Operación y gestión
Por su parte, Stevanato se refirió a la operación y gestión de planta y destacó que una de las tareas más complejas y de mayor riesgo es la descarga en instalaciones, por lo que recomendó designar un responsable para supervisar y resolver cualquier inconveniente durante esa operación.
También instó a realizar comprobaciones previas como revisar todas las tapas estén colocadas y precintadas, según remito; verificar que el producto corresponda; controlar la capacidad de los tanque y la disponibilidad de elementos de seguridad, además de chequear las cañerías y válvulas. También señaló que, en caso de derrames, se debe asegurar el lugar y después de resolver la situación.
Entre otras recomendaciones, Stevanato apuntó a realizar el control de stock. Puso especial hincapié en la necesidad de hacer un balance diario y mensual de existencias y considerar la gestión documental con todas las tareas procidementadas. Además, recomendó capacitar al personal y la mejora continua.
En otra línea, se refirió a la cadena de abastecimiento en lo posterior a la carga del combustible en planta hasta el equipo que lo consume. “Hay que ser lo más crítico posible”, afirmó, en todos los eslabones. Para eso recomendó verificar la calidad del combustible antes de descargar, de manera visual en campo, en lo que se busca que el producto sea cristalino y traslucido.
También mencionó la calidad del combustible almacenado. Al respecto, el especialista instó a tomar muestra de distintos sectores del tanque: fondo, corrida, superficie y del surtidor para observar la calidad del producto y sus posibles contaminantes.
Así, indicó, se genera contaminación por agua, lo que puede generar herrumbre y corrosión, formar una emulsión y desarrollo microbiano; por polvo atmosférico que genera efecto abrasivo en equipos, y por partículas metálicas que producen abrasión y aceleradores de la corrosión.
Finalmente, para resolver esos inconvenientes, Stevanato instó a verificar la calidad y tomar acciones de purga semanales y, en especial, luego de las lluvias y dejar registro de ellas. El especialista llamó a controlar la hermeticidad de las tapas, realizar mantenimiento preventivo y una limpieza completa anual, con control de la edad; tener en cuenta la rotación del producto y la posibilidad de filtrar el producto antes de despacharlo.