El presidente de Iveco en América Latina, Márcio Querichelli, confía en el potencial de la compañía a partir de los buenos resultados obtenidos en el primer semestre del año.
Los volúmenes planificados para 2026 ya se lograron en 2022.
Cuando Márcio Querichelli asumió como presidente de Iveco en América Latina, el mundo era otro. En medio de la pandemia y desde su casa dirigió los destinos de la marca en la región. La experiencia fue compleja. Como si eso fuera poco, sus primeros pasos se dieron en medio de importantes cambios de la compañía a nivel global. Recién pudo ver a un ejecutivo de la marca de forma presencial un año después de su ingreso.
Los buenos resultados ahora comienzan a surcar un destino promisorio. La primera mitad de 2022 dio a Iveco cifras más que alentadoras. En la Argentina, tuvo una participación del 27% en el segmento de cargas. A su vez, por duodécimo año consecutivo, consolidó su liderazgo en el mercado de más de 16 toneladas, con el 39,6%. Eso significa que tuvo un alza de 5,6%, respecto a igual período de 2021.
Además, la terminal en el país anunció la fabricación local de los Tector 9 y 11 toneladas -que provenían de Brasil-, y del Bus 170G21 a GNC. Estos proyectos están en marcha y se estima que estarán listos en el primer trimestre de 2023.
En ese contexto, los resultados para la marca en América Latina también acompañan. En la primera mitad de este año, sus ventas en esta zona crecieron un 420%. Una de las expectativas es que el 10% de la producción de su planta en Córdoba tenga destino de exportación a diferentes países de la región: léase más inversiones en contrataciones e infraestructura.
¿Qué balance hace de estos dos años de gestión?
Cuando al principio miraba la estructura, los productos y la capacidad de la compañía sabía del potencial inmenso de la marca en América Latina. Básicamente no existe mucha competencia para Iveco. Hay dos grandes fabricantes que tienen productos desde 3,5 toneladas hasta 74 toneladas, que es nuestro portafolio. Estaba seguro que podríamos crecer mucho en un tiempo bastante corto. Armamos un plan estratégico y lo estamos siguiendo de manera muy disciplinada.
¿La actualidad responde a esas expectativas?
Mucho más. Estamos por arriba de cualquier proyección. Los volúmenes planificados para 2026 ya se lograron en 2022. En 2019, el volumen de producción en la región fue de 11.000 unidades y estamos trabajando para cerrar este año con una cifra cercana a las 30.000 unidades. La pandemia en los primeros tres o cuatro meses nos costó mucho, pero a medida que fuimos saliendo la demanda creció tremendamente para todo el mercado. Tuvimos un impacto menor que la competencia en relación a la producción de unidades. Aprovechamos las oportunidades con un gran equipo y un portafolio de productos muy bueno.
Iveco creció en Argentina y a nivel regional durante el último semestre. ¿A qué se debió?
En Argentina, la venta de vehículos comerciales está volviendo a alcanzar niveles históricos. Elaboramos un plan de desarrollo muy robusto y ampliamos nuestra línea de producción en Córdoba con modelos que están alimentando el mercado local. Iveco es el único fabricante de camiones pesados presentes en el país. Eso nos da una ventaja estratégica muy interesante. La competencia tiene que importar vehículos. En Brasil tenemos el 10% de participación, mientras que en Argentina es del 30%. Por otra parte, pensamos que a partir de 2023 deberíamos estar exportando el 10% de lo que se produce en el país, principalmente a Chile, Perú y un poco a Brasil.
¿Por qué la marca decidió fabricar el Tector 9 y 11 toneladas en el país?
Históricamente producimos camiones por arriba de las 16 toneladas. En ese segmento, Iveco es líder en el mercado argentino hace 12 años. Los vehículos de 9 y 11 toneladas los comenzamos a fabricar porque queremos incrementar nuestra presencia en Argentina. Además, hay una dificultad para traer vehículos de Brasil o de cualquier lugar por los controles de importación.
¿Cómo les está yendo con los camiones menores a 16 toneladas?
Tenemos una expectativa súper positiva. Respetamos mucho la competencia, que sabe hacer bien su trabajo, con mucha tradición. Pero no tenemos miedo. Estamos invirtiendo bastante para ser el número uno, no solamente en el segmento de las 16 toneladas.
En su línea de productos a GNC, Iveco anunció la producción local de un bus. ¿Qué resultados esperan?
Iveco es líder absoluto en Europa en esta tecnología. En nuestra planta de Córdoba, estamos produciendo hace un año el Tector GNC. Con respecto al Bus 170621 a GNC, después de un análisis de mercado, principalmente de exportación –Chile, Perú, Colombia tienen mucha demanda-, decidimos su fabricación en el país. La penetración que pueda tener este tipo de vehículos a GNC en Argentina dependerá del contexto y de licitaciones. Pero respecto a las exportaciones, tenemos una buena proyección.
De acuerdo al actual contexto energético internacional, ¿puede haber cambios en los planes de la compañía en la región?
No creo que haya un cambio muy importante, en ese sentido. Es verdad que Iveco apuesta mucho al gas, pero también a los vehículos eléctricos. Tenemos proyectos en fase final, en Europa, para contar también con esa opción, más el hidrógeno. La solución para la propulsión energética del futuro no es una sola. Siempre será una mezcla entre diferentes tipos de tecnologías. El diesel en América Latina va a seguir por muchos años. Sabemos que su precio es bastante caro. Todo lo que está pasando en el mercado externo influye. Principalmente Brasil y Argentina son y pueden ser grandes productores de gas y biogás.
¿Para cuándo se puede hablar de camiones eléctricos en la América Latina?
Va a llegar, pero no en un volumen que pueda sustituir al gas o diesel. El gran desafío para este tipo de vehículos pesados es tener una infraestructura acorde a las operaciones que demanda.
¿La terminal ampliará su red de concesionarios en el país?
Estamos desarrollando nuevos puntos de ventas. Contamos con un aporte de 200 millones de dólares entre 2021 y 2025. Esas inversiones están divididas en productos, plantas y red de concesionarios, que en Argentina tienen una capilaridad muy buena. Estoy muy contento con la sociedad que tenemos con ellos. La red es de primerísimo nivel.
En general, hay transportistas que se quejan por las demoras en recibir camiones. ¿Cómo lo están gestionando en Iveco?
En nuestro caso, tiene que ver con la cadena de componentes para ensamblar camiones en la planta de Córdoba. Los pedidos los debo ordenar de cuatro a seis meses antes, porque una gran parte viene de Asia y Europa. Usamos la logística global para eso, que está teniendo dos factores principales que la dificultan. El primero es el aumento de la demanda. Hay un colapso. A su vez, los navíos, aviones y los programas no funcionan como en una situación normal. Entre todas las marcas que están produciendo vehículos en América Latina, Iveco es la que menos interrumpió su producción desde el inicio de la pandemia.
