“Estamos entrando en un proceso de más competencia”

El presidente de la Fadeeac, Cristian Sanz, previó que el transporte de cargas tendrá un crecimiento de 20%, durante este año.


Hay cuestiones que se deben ajustar, valores de vehículos que están fuera de precio internacional o del histórico que conocemos.


Cristian Sanz, directivo de la Cámara de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas (Cetac Regional Sureña), asumió el pasado 12 de diciembre la Presidencia de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y, en pocos días, logró resolver la paritaria del sector y organizar la agenda para un año en el que prevé un incremento de la actividad cercano a 20%.
“Estamos saliendo de un momento difícil para el transporte. El índice de costos de Fadeeac refleja la economía del país, en donde tenemos que ajustarnos a todo. Por ejemplo, en enero de 2024, nuestro índice daba 25 puntos, y cerramos el año con 1,7 por ciento, es una diferencia tremenda. No hay ningún país del mundo en el que suceda esto”, sostuvo el dirigente, y agregó: “El sector es versátil y los empresarios argentinos tenemos una gimnasia para adaptarnos a este tipo de cuestiones. Veníamos de un año muy difícil, 2023, con escasa actividad, mucha inflación, falta de créditos, sin camiones, neumáticos ni combustibles. Todo había que pagarlo con sobreprecios. En este momento estamos entrando en un proceso distinto, más saludable, donde hay más competencia, neumáticos, unidades disponibles y mucha oferta de créditos”.
“Sin embargo, esa oferta debería ser más competitiva. Estamos pagando tasas de las que, tal vez, dentro de un año, nos estaremos arrepintiendo, si vemos cómo la economía va evolucionando con los índices de ajuste. Pero tenemos perspectivas favorables de que el país va a entrar en una etapa de crecimiento, que va a generar mayor desarrollo en nuestra actividad”, sentenció.

 

– En este contexto, ¿cómo los trata la situación del dólar?
– Para los que hacen transporte internacional es muy complicado y a los que hacemos transporte local no nos afecta porque nos manejamos con moneda nacional. Pero todavía hay cosas que están fuera del valor razonable. Hay cuestiones que se deben ajustar, valores de vehículos que están fuera de precio internacional o del histórico que conocemos. Ahí estamos un poco mal todavía.

 

– Recién mencionó que quizás, en un año, se podría lamentar haber tomado ciertos préstamos. ¿Pone en duda el desarrollo económico del país?
– No, el desarrollo económico no lo pongo en duda, pero considero que los créditos van a tener tasas de valores más bajos, por lo cual si uno toma hoy un crédito a 26 o 27%, tal vez el año que viene lo pueda tomar a 18 o 19%. A veces, solicitamos un crédito porque nos sale un trabajo y necesitamos resolver la compra de los camiones. Así, un camión paga una tasa alta o, quizás, el año que viene se toma un nuevo crédito para cancelar el anterior y hacer un repago del mismo. Esa es una posibilidad, pero no pongo dudas del crecimiento. Es un pensamiento personal. Hay algunos indicadores que lo muestran, como la energía, la minería e, incluso, el sector agropecuario que va a crecer, más allá de que el dólar está jugando una mala pasada al campo.

 

– Dicen que una manera de medir la economía es viendo si los camiones están en las rutas.
– Sin ninguna duda. Hoy, los camiones están ahí, mucho menos de lo que a nosotros nos gustaría. No tenemos cien por ciento de actividad de ocupación, pero creemos que van a estar mucho más aún. Creemos que en el transcurso del año deberíamos tener un crecimiento de, por lo menos, 20%. La posibilidad de crecer está vinculada con la de aumentar el consumo para mejorar el salario de las personas. La pregunta es cómo. Tal vez haya que bajar los precios de los alimentos, de la ropa y de muchas cosas que se pagan excesivamente caras, comparadas con países limítrofes.

 

– ¿Cómo ven la situación de la infraestructura en cuanto a reparación y a la necesidad de nuevas rutas?
– Mal, no hay rutas buenas. No se lo adjudico a este Gobierno; esto viene de hace muchos años. No tenemos rutas apropiadas para transitar de manera segura. Una ruta segura tiene tercera trocha, está bien indicada, con banquinas asfaltadas y más de siete metros de ancho. Eso casi no existe en la Argentina, donde las rutas son las mismas desde la década de 1950, pero con muchísimos más camiones, vehículos más anchos, largos y veloces y más autos andando. La verdad es que 2024 ha sido muy malo en lo vial. No vimos que haya habido trabajos en rutas, ni siquiera de mantenimiento. La situación de la infraestructura es mala y requiere mucha inversión. El país tenía problemas económicos y eso no lo podía resolver. Si la situación mejora, deberíamos tener más trabajos en rutas.

 

 

– Entonces, advierten que la obra pública está parada.
R: Sí, absolutamente parada. No vemos obras por ningún lado. El año pasado hicimos el relevamiento de distintas rutas del país y hoy siguen en mal estado. Tenemos muchas esperanzas sobre la Cuenca energética que está en Vaca Muerta, Río Negro, Neuquén y La Pampa. Es la zona por donde nuestras riquezas van a salir por caño o por ruta, pero tienen que cruzar el río Colorado, que tiene solo dos puentes, y que están colapsados con riesgo de caerse, lo que afectaría nuestras posibilidades de exportar crudo, no solo por la salida, sino por la llegada de insumos, como arena y caños. Es urgente que esto se atienda.

 

– En lo institucional, ¿qué proyectos de capacitación tienen?
– Estamos trabajando en la apertura del nuevo registro para atender las futuras capacitaciones, tanto para transporte de carga como de pasajeros. Queremos usar toda nuestra red de cámaras con sus aulas y simuladores. Tenemos muchas herramientas para competir en este proceso. Además, este Gobierno nunca pensó en dejar de capacitar. Tal vez la licencia cambie de nombre, pero se va a otorgar a través de una capacitación. Mientras tanto, la LiNTI sigue siendo obligatoria y es una tranquilidad.

 

– ¿Tienen algún otro proyecto de capacitación?
– Tenemos capacitaciones voluntarias y de mucha calidad. Además, estamos analizando con algunas terminales de camiones la posibilidad de crear una escuela integral de conductores profesionales, con cursadas de tres o cuatro meses. Tal vez podamos resolver la falta de choferes capacitados que existe.

 

– En otra línea, ¿cómo evalúan desde la Federación la prórroga de la antigüedad para los vehículos de cargas peligrosas?
– Fue un pedido que hizo Fadeeac a la Secretaría de Transporte. Se hizo por solicitud de las cámaras que tienen transportistas que no habían podido renovar sus unidades, por la lógica de que el año pasado no había camiones ni créditos. La prórroga es por tres años. En nuestra visión, ahora tenemos posibilidades de comprar vehículos y de tomar créditos y, si hay un crecimiento de la actividad, esos camiones deberían ir a una renovación, por lo cual achicaríamos bastante el problema. Quizás la solución sería ir a algo intermedio pidiendo una prórroga el año que viene, pero por un plazo de solo uno o dos años.