La ANSV difundió un resumen de las primeras 19 ediciones del operativo Alcoholemia Federal, en el que se advierte la necesidad de una ley de alcohol cero.
Tenemos una cantidad potencial de 700 mil conductores con alcohol en sangre circulando por las calles.
El 94% de las y los conductores argentinos manejan sin haber bebido alcohol, pero el resto forma un universo que, aunque pequeño, impacta fuertemente en la siniestralidad vial y afecta enormes recursos del sistema de salud, toda vez que en al menos 25% de los siniestros graves los exámenes hospitalarios detectan la presencia de alcohol en los conductores.
Los datos corresponden a un resumen de las primeras 19 ediciones del operativo Alcoholemia Federal, un programa de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), por el cual las 23 provincias, CABA y cientos de municipios de todo el país realizan controles de alcoholemia simultáneos y coordinados a conductores de vehículos automotores, que comenzó en diciembre de 2020 y el próximo 23 de julio tendrá su 20ª edición.
En el programa se controlaron más de 130.000 conductores. En la primera jornada, en diciembre de 2020, ocho de cada 100 conductores dieron positivo (graduación superior a 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre), mientras que, en junio de 2022, la tasa fue de 2%.
En el promedio de todas las ediciones, los resultados fueron: tasa de conductores con presencia de alcohol en sangre (cualquier graduación): 6%; tasa de conductores con presencia de alcohol en sangre superior a 0.5 g/l: 4%; graduación alcohólica promedio entre todos los casos positivos: 0.86 g/l, y la relación entre géneros: varones, el doble de casos de alcoholemia positivos a igual cantidad de test que las mujeres.
Necesidades
Según la ANSV “si se confrontara el 6% de conductores que manejan después de haber consumido alcohol con la cantidad de licencias nacionales válidas (12 millones), tenemos una cantidad potencial de 700 mil conductores con alcohol en sangre circulando por las calles y rutas de nuestro país todos los días. Esta proyección empeora si se la compara con el parque vehicular registrado: en ese caso los potenciales alcoholizados superan el millón”.
“Por todo esto, tenemos dos certezas. Una es la necesidad de sostener y ampliar los controles en todo el territorio nacional, para lo cual es imprescindible la decisión de los gobernadores e intendentes, ya que los datos nos señalan que el control impacta de inmediato en el comportamiento de los conductores”, indicó el ente.
Agregó que “la otra es la urgencia de una Ley de Alcohol Cero al volante en toda la Argentina. Como surge de las estadísticas, la graduación promedio detectada es 0.86 g/l, muy cercana al 0.5 g/l tolerado para automovilistas particulares”.
“Esto significa que la siniestralidad vial relacionada con el alcohol que hoy sufrimos en todo el país no requiere un consumo exorbitante para producirse, sino que es hija de la ingesta de cantidades consideradas “seguras”, algo que claramente es falso. La única cantidad de alcohol segura es cero si alguien va a manejar”, sentenciaron desde la ANSV.