El impacto de internet de las cosas sobre la logística

La interconexión permite capturar datos de forma precisa y unívoca; según Castagnet, será lo mismo comprar algo en China que a la vuelta de la esquina Según los cálculos de los especialistas basados en datos de Business
Insider, este año, la internet de las cosas (IoT, según su sigla en inglés) llegará a involucrar a 9100 millones de objetos en todo el mundo. Pero a pesar de la dimensión del número superior a la cantidad de habitantes que tendrá el planeta, en ese momento, en la Argentina el concepto y su utilidad continúan siendo motivo de discusiones y estudios.
«Gracias a Internet de las cosas, hoy hay una forma de capturar un dato de forma precisa y unívoca. Las decisiones están basadas en conocimiento, el conocimiento en información y la información en buenos datos», afirmó Ernesto Castagnet, profesor de las Universidades Nacional del Sur (UNS) y la Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Bahía Blanca, y coordinador de la Diplomatura Universitaria en Logística y Gestión de la Cadena de Suministro de la UNS, entre otras ocupaciones.
Castagnet describió la situación local al respecto. Dijo que «en la Argentina, en internet de las cosas estamos retrasados por la situación económica. Aunque ese retraso es relativo. En Brasil también están con un retraso relativo pero la diferencia es que allí hay mercado. Para crecer necesitamos condiciones macroeconómicas interesantes y condiciones micro favorables, que no están desarrolladas».
Para el especialista, «lo que se viene es un mundo interconectado. Comprar algo en China o a la vuelta de la esquina será prácticamente lo mismo» y añadió que «al hablar de internet de las cosas tenemos que pensar por qué queremos conectar cosas, por qué el mundo está cada vez más interconectado. Porque es la satisfacción de las necesida
des. Esto es lo que el cliente pide».
Y ejemplificó: «Ahora a una pava le podemos agregar un sensor, un chip RFID o un tag para identificarla unívocamente. Dentro de cinco años será una pava inteligente, que va a indicar los grados alcanzados y a los que llegará en segundos. Toda esa información me llegará al celular».
El catedrático detalló que «hay un flujo de información que permite tomas de decisiones que, en general, son buenas porque están basadas en datos correctos. Es la diferencia entre capturar un dato
de forma automática y de forma manual: un data entry tiene un promedio de un error cada 300 caracteres, un sistema automático prácticamente no genera errores. Dependiendo el código de barras a escanear, el error es menor a uno en cinco millones de caracteres escaneados».
Las mayores inversiones
Internet de las cosas, en la visión de Castagnet, implicaría varias dimensiones.
«Tenemos uno Industrial (IIoT), uno Empresarial (EIoT), uno Hogareño (HIoT) y uno Gubernamental (GIoT). Por distintos canales, podemos diversificar de qué tipo de internet de las cosas estamos hablando. El Industrial y el Empresarial se llevan 40% del mercado».
observó que las mayores inversiones en esta nueva tecnología se darán en «los procesos de manufactura; y transporte y warehousing es el segundo. Ese es el camino, no hay otro. Se hace y se es competitivo o se queda afuera respecto de los demás. Son decisiones políticas. Alguna decisión hay que tomar: hay que meterse en la interconexión», enfatizó.
«El mundo se dio cuenta de que no existe hoy la infraestructura necesaria para manejar los 9100 millones de productos que van a estar interconectados en forma real en 2017. Para la interconexión actual casi no lo tiene: el IPv4 con sus 4300 millones de direcciones no alcanza. Está el IPv 6», explicó Castagnet.
Tras incluir en esta línea a los proyectos de smart city y de transporte inteligente sin conductor, dijo que «para que algo sea considerado internet de las cosas debe tener estas características: algún tipo de sensorizado, tiene que estar censando algo; tiene que estar interconectado, no existe hoy algo que esté perdido solo; algún tipo de microprocesador va a tener; eficiencia energética como condición de menor impacto al medio ambiente; efectividad en costos, porque la gente lo pide; obviamente, calidad y confiabilidad, y seguridad».
Castagnet trazó un listado de las tecnologías de conexión que han venido facilitando la aparición de la internet de las cosas, consignó que aún no se establecieron estándares internacionales para su regulación y anticipó que se darán modelos de negocios propios de este sistema.