Corredores bioceánicos y otros pendientes

bien o ma] de por vida:
«Las Malvinas son argentinas»,
«Samos el granero del mundo» y
«Necesitamos una salida al Pacifico»,
entre otras. La primera de esas
frases no se discute, aungue Inas
no sea por respeto ales muertos
y veteranos de 1982. La segunda
permite sostener la economia en el
presente a costa de unaprolongada
desindustrializaciOn. La tercera es
in que hay nos interesa.
Buceando en la finalidad de las
moms una se preguntaria, entre
varies interrogantes: Lgue. produce
hoy la Argentina?; zcomo esto
compuesta la masa critica de sus
exportaciones?; LdOnde se ubican
y a que distancia estan los destinos
habituales de su comercio?;
les son los volUmenes?; Lque tempos
impone la distribucion fisica
de esas cargas? Jorge Rodriguez
Zia responde con abundante detalle
sabre mates inquietudes en su
obra «Puertos precisos». Segim demuestra
el autor, con informaciOn
estadistica, u_n mapa a escala adecuada
y una calculadora de mano,
las dudas se disipan.
Hay intereses tanto en el corredor
EsteOeste como en el eje Norte
Sur. La cuenca del Plata es vertiente
natural de la producciOn de
una llanura fertil gue se extendio
hacia el Norte. Pero, Lestamos en
contra de buscar salidas de nuestra
produccion hacia el Pacifico?
Para nada. Si en la Argentina so
brasen recursos y se hubiesen materializado
tantos buenos planes
en el siglo XX, jamas concretados,
se multiplicarian las posibilidades
de mover grandes volOmenes de
bienes a tray& de los cinco cardones
montafiosos de una de las
cordilleras Inas altos del mundo.
Pero no fue asi.
Gary Hamel afirma que «la es
trategia es una vez que se cons
ce». Eso nos anima a proponer
explotar la estrategia emergente
de una proyecciOn record de
nuestros campos y la necesidad
de so agil, econOmica y eficiente
distribuciOn desde las zonas
productivas hasta los puertos
de destino.
Estrategia
Desde mi humilde punto de vista,
esas prioridades no pasan por
la titanica empresa de perforar los
Andes, sine por mejorar los poen,
tos, impulsar el uso de la hidrovia,
crear verdaderas a_reas logisticas
e invertir en la red carretera y ferroviaria
sin olvidar la articulaeke
de commas rurales.
Cuando escucho hablar de corredores
bioceanicos recuerdo al
mitico Forrest Gump uniendo con
su trote regular y cans ino las costas
de ambos oceanos, seguido por
una multiforme horda de congeneres,
sorprendidos todos ante su
abrupta detention en media del
desierto. Sus imicas palabras los
desconcertaron atIn ma’s: «Estoy
cansado, me vuelvo a casa