Contenedores en el fondo del mar

Se están perdiendo más contenedores en el mar que nunca: las prisas y los atajos agravan el problema de suministro de insumos y mercaderías.

 

Esos contenedores hundidos causan otro tipo de graves daños colaterales a las empresas.


En el primer trimestre del año se han perdido 1.127 contenedores de transporte marítimo, lo que representa una pérdida calculada en 54 millones de dólares en mercaderías, lo que hace prever que 2021 supere los 3.112 contenedores que se perdieron en 2020.
Según los expertos, las razones de estas pérdidas han sido las malas condiciones meteorológicas y los apuros por llegar y cumplir contratos, una mala decisión en el mar que puede hacer acordar la pésima fijación del presidente de la White Star Line, J. Bruce Ismay, quien por llegar a tiempo a Nueva York, solo logró precipitar al Titanic al fondo del Atlántico.
El récord de contenedores perdidos en los fondos oceánicos fue en 2013, cuando el barco MOL Comfort se partió en dos de babor a estribor y acabó con sus 4.293 contenedores en el fondo del mar. Pero el accidente del Ever Given en el Canal de Suez regeneró los debates sobre el tema.
Esos contenedores hundidos causan otro tipo de graves daños colaterales a empresas de diverso tipo que confiaron sus cargas, incluidas grandes cadenas comerciales o fabricantes que se quedan sin productos en sus almacenes o sin repuestos para sus equipos o vehículos.
La Organización Marítima Internacional —sección de las Naciones Unidas que regula el transporte marítimo— no da demasiados detalles sobre los accidentes ni sus causas. Sin embargo, los expertos señalan que la mayoría de los contenedores perdidos durante los primeros tres meses del año descansan en el fondo del Océano Pacífico.

 

Causas
Las causas meteorológicas se justifican en los fuertes vientos que se produjeron este invierno del hemisferio norte que fueron los más violentos desde 1948, pero también la presión para retomar el suministro durante la Navidad y recuperar el tiempo que se perdió durante la pandemia y el confinamiento.
Ese apuro hizo que, más allá de las estrictas normativas internacionales, muchos contenedores no se hubieran amarrado como corresponde durante la carga o que los capitanes no se desvíen de su rumbo ante las tormentas, para evitar pérdidas de tiempo. Otro cálculo es que anualmente se transportan 226 millones de contenedores así que, más allá de los altos montos, perder poco más de 1.000 no parece tanto.
En cuanto a la seguridad, hay sistemas para amarrar los contenedores en el barco unos con otros y dificultar su pérdida, lo que se puede compensar con los seguros, por lo que nadie intenta rescatarlos una vez hundidos.
Además, los efectos para el ambiente marino no serían tan nocivos. Según un estudio del Monterey Bay Aquarium Research Institute, las paredes de 24 contenedores perdidos en 2004 se convirtieron en un arrecife artificial hogar de algunos crustáceos o escondites para depredadores que acechasen a sus presas.