La logística urbana involucra todos los movimientos relacionados con la actividad comercial, el suministro y distribución de bienes en ciudades.
Estamos transitando hacia un nuevo modelo más limpio y más colaborativo, pero no necesariamente más económico.
Las ciudades de todo el mundo siguen creciendo y la concentración de la población en ellas es cada vez mayor, una tendencia que parece no cambiar en el largo plazo. Es por esto que tiene el gran reto de contar con la capacidad de poder satisfacer las necesidades de millones de personas.
En los últimos años, además, la distribución urbana tomó un rol protagónico, a partir del crecimiento del comercio electrónico, las restricciones urbanas y la importancia de la sostenibilidad. Este es uno de los principales desafíos que las cadenas de abastecimiento deben afrontar en el corto y mediano plazo.
Por eso, la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog) abordó el tema en un webinario, que contó con las disertaciones de Pank Bedaux, socio y líder global de Gran Consumo del Miebach Consulting España, y Juan Madero, gerente de Proyectos de Miebach Consulting Argentina, con la moderación de Alejandro Leiras, director de Capacitación de la entidad profesional.
Madero señaló que “la Argentina, a su manera, acompaña el desarrollo de la logística urbana global”, dado que el mercado está en proceso de cambio, producto del impacto de la centralización en Buenos Aires, el contexto económico y la demanda del “same day delivery”.
A eso sumó el uso de tiendas propias de indumentaria, retail y almacenes de cercanía como microhubs y el desarrollo de darkstores; la expansión y maduración de los puntos de pick-up propios y externos, como complemento de la distribución, y el rol protagónico de la sostenibilidad en la logística y distribución.
También se refirió a la transformación de las compañías de supply chain, según una visión integrada del servicio y el valor de la cadena, mediante el planeamiento de las ventas y operaciones ágiles, eficientes y colaborativas. Hizo hincapié, además, en la digitalización de las cadenas de abastecimiento. “Hoy, la trazabilidad es prácticamente un derecho de los clientes. Todos exigen saber dónde está su pedido, visibilidad y precisión sobre la entrega. Y para esto, es necesaria la calidad de la información y su disponibilidad en tiempo real”, aseguró.
Por último, explicó que, si bien en nuestra región el tema de la sostenibilidad queda muchas veces relegado por otros problemas de contexto que sufrimos diariamente, no deja de ser el principal desafío a mediano plazo. “Las restricciones urbanas y medioambientales ya están vigentes en los países más desarrollados, y todas las cadenas de abastecimiento se están rediseñando en función de la sostenibilidad”, observó.
Tendencias en Europa
A su turno, Bedaux presentó las conclusiones de un estudio sobre logística urbana elaborado por Miebach Consulting a través del proyecto ULaaDS (Urban Logistics as an on-Demand Service). Del trabajo participó un total de 284 directivos de fabricantes, distribuidoras y proveedoras de servicios logísticos de una amplia gama de sectores.
Remarcó las tendencias más vanguardistas en marcha en ciudades como Bremen, Alemania; Malinas, Bélgica, y Groninga, Países Bajos. Entre ellas mencionó los hubs móviles containerizados para la última milla; los servicios de cargo-hitching (integración de la entrega de pequeñas mercancías a la carta, con el transporte compartido de pasajeros); la red de taquillas compartidas con cobertura para toda la ciudad; los vehículos autónomos como punto de recolección para entregas y vehículos compartidos para suministro a tiendas, y la integración de redes logísticas para recepción tipo “white label” con bicicletas de carga.
Este estudio presta especial atención sobre los conceptos de Centro Urbano de Consolidación (CUC) y microhub. Un CUC es una instalación logística para la consolidación de los flujos de mercancías urbanas, a veces compartido por varias empresas, con el objetivo de reducir el tráfico de mercancías.
Según los encuestados se precisan CUCs de entre 501 y 3.000 metros cuadrados, principalmente para almacenar productos de entrega urgente, de alta rotación y para crossdocking. Su radio de acción no debería superar los 30 kilómetros, y los vehículos comerciales livianos son la mejor opción para el transporte.
Un microhub es una instalación logística en la que se agrupan las mercancías dentro de la ciudad, para dar servicio a un área espacial limitada, permitiendo el uso de vehículos de bajas emisiones o de medios de transporte innovadores para la entrega de última milla. La encuesta arrojó que se deben utilizar microhubs de entre 101 y 300 metros cuadrados, principalmente para almacenar productos de entrega urgente y para crossdocking.
En torno de 45% de los participantes ve probable el uso de sus infraestructuras actuales como instalaciones de logística urbanas, según explicó el especialista. Los principales riesgos de la logística urbana identificados por los participantes son la descoordinación, la dependencia de los 3PL y los costos. “En general, los conceptos de logística urbana conllevan riesgos debido a una posible falta de colaboración entre los proveedores de servicios, así como a la incertidumbre de los costos y la dependencia de proveedores”, indicó.
En cuánto a los desafíos de la logística urbana se concentran principalmente en cuatro áreas: la jurídica, con restricciones de entrada a las ciudades; la rentabilidad, producto de la incertidumbre sobre la necesidad de grandes inversiones; la colaboración entre socios, y los recursos humanos e infraestructura.
El experto advirtió que “estamos transitando hacia un nuevo modelo más limpio y más colaborativo, pero no necesariamente más económico”. Y concluyó que el reto es repartir más mercancías con menos emisiones y un impacto positivo para las ciudades y ciudadanos: “Tenemos que crear un modelo sin contaminación, sin ruido, sin problemas de tráfico y que libere espacio para los habitantes. Para esto, la colaboración es fundamental”.