Los empresarios nucleados en la Cámara de Carroceros de Ómnibus de Larga Distancia (Caladi) consideraron que sería “necesario crear una línea de créditos blandos para que las empresas puedan comprar buses exclusivamente compuestos por carrocerías nacionales, algo que el gobierno nacional aplicó hace pocos días sólo a las empresas de transporte urbano».
La Caladi, además reclamó que «hasta superar esta crisis también se debería suspender la entrada de carrocerías importadas, mientras que habría que generar programas como el Repro o similares que ayuden a las fábricas a mantener el personal y evitar los despidos que no sólo marcan la problemática industrial sino que desembocan en una crisis social».
En un comunicado, consideraron que «sería de vital importancia la creación de un modelo de apoyo financiero estructural a la industria como el que posee Brasil mediante el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES)» ya que el sector estaría funcionando al 20% de su capacidad y estarían en riesgo 3.000 puestos de trabajo.