El vehículo significa movilidad para el estudio científico y para Toyota una oportunidad de desarrollo.
Una nueva pick-up Hilux llegó a la Antártida como parte de la extensa relación de cooperación entre Toyota Argentina y el Comando Conjunto Antártico. Es la sexta Hilux en pisar suelo antártico desde que en 2002 arribó la primera. Esta vez fue destinada a la Base Antártica Petrel para las actividades diarias de científicos y la dotación de operación en condiciones climáticas extremas.
El viaje de Hilux al sexto continente comenzó en la planta de Toyota en Zárate, donde fue acondicionada por el equipo de Ingeniería de la compañía. Desde allí fue transportada en un camión de la Armada hasta el puerto de la Ciudad de Buenos Aires, donde embarcó en el buque ARA Canal de Beagle, para partir hacia Tierra del Fuego.
Luego, el vehículo fue embarcado nuevamente en el icónico rompehielos ARA Almirante Irizar, que todos los años realiza la compleja operación de abastecimiento en todas las bases argentinas de la Antártida. Casi un mes después, el domingo 3 de marzo, a última hora del día, descendió del Irizar y completó el último trayecto hasta el muelle de la Base Petrel en un pontón de carga. Apenas tocó suelo fue recibida con un caluroso aplauso por los habitantes de la isla Dundee donde se ubica la base.
Hoy, las bases Marambio y Belgrano también cuentan con Hilux para todo tipo de tareas: apoyo logístico, transporte de carga, patrullaje de antenas, búsqueda y rescate, correspondencia y apoyo a las operaciones aéreas. La nueva Hilux en la Base Petrel tendrá un rol fundamental en la construcción de su nueva infraestructura.