La industria argentina pide blindajes frente a los productos “Made in Brazil”, mientras éste último ofrece líneas de crédito a empresas que exportan a su mercado. Los gobiernos intentan acercamientos para mantener el intercambio
Si las principales economías del mundo intentan proteger a sus industrias tras el impacto de la crisis, las emergentes no se han quedado atrás. Los dos mayores socios del Mercosur -Argentina y Brasil- se enfrentan hoy a una paradoja: proteger su producción local, pero también mantener su fluido intercambio bilateral.
El propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva se encargó de poner paños fríos al asegurar que la relación entre Brasil y Argentina es “profunda” y fuerte”, al punto de permitir “que cualquier divergencia entre los dos países sea superada”. Y completó: “es bueno que la gente tenga desacuerdos, y es mejor todavía que la gente tenga ganas de resolverlos”. Lula hizo tales afirmaciones al hablar sobre la reunión que la tarde del martes sostuvieron ministros de los dos países para evitar medidas proteccionistas en el intercambio comercial. Al cierre de esta nota no se conocieron resultados concretos del encuentro.
A la cita en Itamaraty acudieron por Argentina los ministros Jorge Taiana, de Relaciones Exteriores; Carlos Fernández, de Economía, y Débora Giorgi, de Producción. Del lado brasileño, el canciller Celso Amorim, Guido Mantega, de Hacienda, y Miguel Jorge, de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. El lunes, el ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira Unger, inició en Buenos Aires una visita de dos días con la misión de debatir con el gobierno local, empresarios y sindicalistas la forma en que los dos países van a enfrentar la crisis global.
Medidas. Estratégicamente y justo antes de la partida de las autoridades argentinas a Brasilia, industriales de ese país pidieron al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner que "no se deje presionar" por el empresariado brasileño y continúe adoptando medidas proteccionistas para restringir la entrada en el país de productos "Made in Brazil". “Existen stocks que están buscando dónde ubicarse a precios ridículos, por lo tanto es necesario aplicar medidas contempladas en las reglas de comercio internacional para prevenirse de esa competencia”, dijo a AméricaEconomía.com Mariano Luna, jefe de Negociaciones Internacionales de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra).
Luna insiste en que si no hubiese una protección al mercado interno por parte del gobierno, “probablemente habría una mayor afluencia de importaciones a precio vil, en desmedro de la producción nacional y, por consecuencia, del empleo genuino”.
Durante enero, Argentina aplicó licencias no automáticas para la entrada de neumáticos y multiprocesadores de alimentos. Además, fijó un precio mínimo para la entrada de 50 tipos de tubos de acero y hierro y, desde la semana pasada, entró en vigor una serie de restricciones para 800 nuevos productos provenientes de todo el mundo, afectando las ventas brasileñas de textiles.
Brasil saca la billetera. La semana pasada, el presidente de la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), Paulo Skaf, pidió al gobierno que adopte "represalias" para compensar el proteccionismo del gobierno argentino. Sin embargo, la respuesta del liderazgo brasileño ha sido novedosa. Brasil inyectará recursos públicos en empresas de países vecinos que exportan a su mercado. El mecanismo abrirá una alternativa para que esas compañías finiquiten deudas y financien sus embarques en un escenario de escasez de líneas de crédito.
En elaboración por parte del ministerio de Hacienda, el mecanismo reproduce el acuerdo de cambio de monedas firmado entre la Federal Reserve (Fed, banco central de Estados Unidos) y el Banco Central de Brasil, en octubre del año pasado. Esa operación tuvo el objetivo de dotar al mercado brasileño de mayor volumen de dólares en un momento de fuerte escasez de la divisa estadounidense. La versión brasileña prevé el desembolso de recursos de las reservas locales -en reales-, para los países vecinos, los que resarcirían los montos también en la moneda nacional. Los dineros serían inyectados en empresas que presentan dificultades para renegociar sus deudas o para financiar a los importadores brasileños de esos productos. En rigor, este mecanismo terminará trayendo parte de esos reales hasta las propias compañías brasileñas, especialmente, para las que dependen de insumos fabricados en Argentina o en otros países más integrados a la producción de Brasil.
Para Luna, de Adimra, cualquier iniciativa que tienda a preservar el mercado brasileño para las exportaciones argentinas es bienvenida. “Ese es nuestro principal mercado. De cualquier manera, hay que ver cómo se implementa la medida”, apuntó.
En opinión de José Augusto de Castro, vicepresidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), Brasil cuenta con reservas y va bien hasta el momento. “Pero, hasta cuándo durará esta crisis?”, se cuestionó el ejecutivo, añadiendo que el tamaño de las reservas puede disminuir si la crisis en el país se agrava. Según de Castro, el comercio en moneda local instituido entre Brasil y Argentina desde octubre de 2008 y extendido a los otros miembros del Mercosur a fines de año, contabiliza hasta el momento solamente 28 operaciones de pequeño valor entre los dos principales socios comerciales del bloque.
Para el especialista, la reproducción regional del mecanismo de intercambio de monedas firmado entre los bancos centrales de Estados Unidos, Brasil y 14 países más, puede encontrar dificultades para su ejecución. “Estados Unidos escogió países, entre ellos Brasil, que presentaban finanzas saludables y fundamentos económicos confiables, algo que no ocurre en algunos países de la región”, dijo. “Brasil corre el riesgo de ofrecer generosidad una vez más y no saber si va a recibir el dinero de vuelta”, añadió.
¿Bye bye dollar? Junto a lo anterior, Lula propuso este martes usar las monedas locales en el intercambio comercial en toda Am&eacut
e;rica del Sur, con el fin de evitar la dependencia del dólar. La iniciativa fue bien acogida por su colega colombiano, Alvaro Uribe, de visita oficial en Brasilia. "¿Por qué nuestra balanza comercial no se hace en nuestras monedas? ¿Por qué tenemos que comprar dólares para tratar las exportaciones colombianas para Brasil y las brasileñas para Colombia?", dijo Lula a Uribe en un discurso.
"Sería prudente que nuestros ministerios de Hacienda encuentren mecanismos para realizar nuestras operaciones en nuestras monedas", dijo por su parte Uribe sobre la oferta de su colega. "Tendría que ser acompañado por seguros de tasas de cambio para compensar eventuales fluctuaciones", agregó.
Lula enfatizó que el comercio en monedas locales podría extenderse a toda la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), creada en mayo del 2008. "Si conseguimos determinar una lógica en Unasur donde podamos establecer definitivamente el intercambio comercial en monedas propias, ya nos estaríamos librando de un gran problema, que es el de nuestro pequeño empresario buscando dólares para poder financiar sus exportaciones", afirmó.
Fuente: América Economía