Falta defiscalización, complejos trámites burocráticos y escasa mano de obra calificada complican a las empresas dedicadas a transportar productos refrigerados.
El transporte de refrigerados o congelados requiere de una infraestructura y de una logística particular. Nada puede fallar, dado que los productos que se trasladan son altamente delicados y deben llegar a destino cumpliendo todos las medidas de seguridad desde que salen de la fábrica hasta que llega al consumidor. Sin embargo, aún hay en este rubro asuntos pendientes a resolver, de acuerdo con los testimonios de empresas que operan en esta especialidad.
“Uno de los grandes problemas que afrontamos es la poca disponibilidad de repuestos y de maquinaria. Esto sumado a la caída en la rentabilidad por el aumento de los costos y la demora en los plazos de pagos que obliga a incurrir en costos ocultos. La Argentina es un país muy extenso, pero a su vez concentrado en términos de población, motivo por el cual las distribuciones en las zonas muy habitadas como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires son cada vez más difíciles y costosas”, afirmó Martín Borbea Antelo, titular de MSL, firma de logística y transporte de mercaderías comestibles.
Néstor Membrive, presidente de la empresa de servicios integrales Cruz del Valle, comentó que “uno de los principales inconvenientes que presenta el sector es de infraestructura y equipamiento, como son los repuestos para la reparación de equipos, y también la mano de obra especializada para el mantenimiento, lo cual genera altos costos”.
Entre las dificultades, Mario Eliceche, titular del operador logístico de cargas refrigeradas Surfrigo, se refirió a “las rápidas variaciones de los costos de los principales insumos, al combustible y a las paritarias sindicales. Una parte no desestimable de estos aumentos abruptos no pueden trasladarse en el corto y mediano plazo a las tarifas ofrecidas, por lo cual deben ser absorbidos por la empresa”. Además, remarcó que “resulta dificultoso encontrar recursos calificados para el desarrollo de las distintas áreas de la organización”.
Idoneidad y riesgos
Eliceche sostuvo que la situación actual de la distribución de los productos refrigerados en la Argentina representa actualmente “un nicho del mercado en el que no existen suficientes prestadores de servicio que puedan hacer frente a la demanda con una infraestructura de transporte y de almacenamiento adecuada” y marcó la diferencia con la empresa que encabeza (que nació como emprendimiento familiar hace 25 años en Trelew, Chubut), al destacar que “se distingue con una elevada inversión en los centros de distribución regionales, equipos de frío de última generación, modernas unidades especialmente acondicionada y un equipo de eficaces colaboradores”.
Para Membrive, tanto el dador de carga como el destinatario “están tomando conciencia de la importancia que este tipo de productos se transporte en unidades acondicionadas a tal efecto, garantizando calidad del alimento”. Sin embargo, advirtió que “todavía encontramos resquicios de las viejas prácticas en las que los clientes, por una cuestión de precio, deciden transportar la carga sin frío, con el riesgo que esto implica en productos perecederos para el consumidor final”.
“Partiendo de la base de que el transporte forma parte importante de la logística, no es menos valioso el aporte que ésta hace a la cadena de frío y a los diferentes procesos desde la producción hasta la comercialización final del mismo”, remarcó el titular de Cruz del Valle.
Mucho es el camino a recorrer, según Borbea Antelo. “El transporte de productos refrigerados, como todos los transportes de carga por automotor, necesitan de mayor previsibilidad, fiscalización en la vía pública y simplificación y unificación de trámites duplicados por jurisdicciones, como ser registros, licencias y verificaciones, entre otros puntos”.
También hizo hincapié en que “los transportistas y operadores logísticos de los productos alimenticios deben ser muy conscientes de los productos que transportan; por eso es muy importante saber cómo almacenarlos, transportarlos y manipularlos”.
Por lo pronto, el directivo de MSL manifestó sus expectativas positivas sobre el desarrollo de este tipo de transporte para este año. “En la actualidad los productos de consumo alimenticio con temperaturas controladas son, en su gran mayoría, para el consumo interno”, dijo. Para 2015, la firma apostará a mejorar sus procesos e infraestructura, y prevé ampliar la capacidad de ofertas y servicios. También continuará trabajando para mejorar la calidad y competitividad de los productos de sus clientes exportadores. La capacitación y el apoyo a su
s recursos humanos serán otros de los objetivos», anticipó.
Las expectativas de Eliceche se asientan en que los volúmenes de trabajo en 2015 se mantengan o sigan aumentando, “a pesar de la coyuntura económica que atraviesa el país”. En paralelo, espera trabajar con la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) “en la formación de recursos humanos de primer nivel que, a través de su aporte, sustenten el desarrollo de nuestra empresa y del sector en general”.
Por su parte, Membrive opinó que las perspectivas “son buenas para este tipo de transportes. En cuanto al crecimiento de la actividad –aclaró- lógicamente hay una variante que no manejamos y que va atada al ritmo de la economía a nivel país; pero es innegable el avance que nos marcan desde los principales centros de consumo a nivel mundial en la conservación y traslado de mercaderías y la Argentina, siendo uno de los principales productores de alimentos, debería ser un actor principal en este tipo de procesos”.
Despachos
Néstor Membrive explicó que una operación típica de una unidad de transporte de Cruz del Valle se realiza recibiendo la mercadería en las bases de la compañía o desde las del cliente. Una vez controlada (medición de temperatura, volumen, bultos) la carga se despacha en la unidad correspondiente, acorde a la temperatura preestablecidas con separadores y tipología del producto.
En el caso de contar con una operación integral (almacenamiento) se procede a la preparación de pedidos para su posterior carga en las unidades correspondientes. “Una vez que llega a nuestras instalaciones se procede a la descarga con los mismos controles antes mencionados; luego se guardan en cámaras acondicionadas para cada producto a la espera de la salida al destino final”, detalló.
Cruz del Valle también ambiciona «ser uno de los principales operadores logísticos, agregando valor a la cadena de frío”. Con flota propia, brinda su servicio a través de nueve sucursales en el interior del país y también opera en Chile. La compañía se apoya en el aval y la trayectoria de Distribuidora Metropolitana SRL que, con un trabajo conjunto, complementa la logística del resto de productos no perecederos.
Borbea Antelo comentó que las unidades de MSL realizan una diversidad de operaciones. “Por ejemplo, las unidades de reparto cargan en nuestro depósito o en la de nuestros clientes y se dirigen a los destinos previamente establecidos, cumpliendo en todos los procesos (carga, descarga y transporte) con las medidas de calidad”. Esta empresa cuenta con flota propia para el transporte de productos refrigerados, congelados y de contenedores, además de depósito de alimentos y materias primas a temperatura ambiente y refrigerada.
La mercadería de los diferentes clientes de Surfrigo arriba principalmente al centro de distribución Buenos Aires, donde es consolidada y preparada para el despacho a los distintos centros regionales en frecuencias establecidas. “En los centros de distribución regionales se desconsolidan las cargas y se preparan los pedidos para los distintos clientes finales en numerosas localidades”, describió Eliceche.
Luego, los pedidos son repartidos en vehículos propios, “especialmente acondicionados para garantizar la conservación óptima de los alimentos, que en su mayoría requieren cadena de frío.
Además, contamos con servicios de almacenamiento de mercaderías refrigeradas y congeladas con más de 3.000 posiciones.
Surfrigo posee más de 110 unidades para transportar mercaderías en Chile, Brasil y Argentina, y centros de almacenamiento y distribución en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Actualmente, ha puesto en marcha «la construcción de un nuevo centro de distribución en Buenos Aires, que contará con más de 5.000 posiciones de refrigerado y congelado, que nos permitirá seguir consolidándonos como operador logístico de excelencia», sostuvo su presidente.
Fuente: Redacción Expotrade – T&L La Nación