"Si no cambiamos en infraestructura, tendremos complicaciones" con las grandes cosechas, afirmó el titular de Fadeeac.
Desde hace un tiempo el sector del transporte de cargas viene advirtiendo sobre los problemas que traerá la falta de infraestructura y las demoras innecesarias que se generan en los cruces internacionales por falta de agilidad en los trámites aduaneros. “Si tenemos el desafío de llegar con el plan agroalimentario 2020 a una cosecha de 130 millones de toneladas de granos y no cambiamos algo en infraestructura, tendremos grandes complicaciones", opinó el titular de Fadeeac, Daniel Indart, en el seminario sobre “Infraestructura vial, ferroviaria y portuaria”, organizado por la Fundación Nuevas Generaciones.
Al tiempo que transmitió su preocupación por los costos generados en los cruces internacionales: “No puede ser que un camión esté parado en frontera entre dos y cuatro días por temas burocráticos". Según cifras del Departamento de Costos de Fadeeac mensualmente cruzan la frontera desde Argentina hacia Brasil unos 1200 camiones y se calcula que un 30 por ciento sufre este tipo de demoras. Teniendo en cuenta solamente los costos fijos, una unidad de transporte de cargas representa una pérdida de U$S 250 por cada día de retraso.
Esta cifra puede ascender en torno a los U$S 100 millones de pérdida anual para el sector y es equivalente al 0.40 por ciento del total de las exportaciones que se realizan desde Argentina hacia el Mercosur más Chile. Entre 2012 y 2013 el 63.4% de las exportaciones locales (25.555 millones de dólares), se realizaron por vía terrestre a través de camiones; y los principales puntos de salida fueron el Paso Internacional Cristo Redentor (27.6%) en Mendoza y Paso de los Libres (25.0%) y Santo Tomé (15.4%), ubicados al norte de Corrientes.
La agilidad es posible
A fines del siglo pasado Europa implementó el sistema TIR (del francés Transporte International Routier) con el objetivo de simplificar los trámites aduaneros entre países miembros de la Comunidad. Se trata, básicamente, de un documento único de tránsito que dinamiza los tiempos de los transportistas en los cruces de frontera. Para implementarlo se requiere de una asociación que garantice quiénes utilizan el régimen TIR y que las cargas cumplan con las restricciones sobre el tipo de mercancías -entre otras consideraciones- pero, al día de hoy, el TIR no pudo ver la luz en América latina.
Si de dinamismo se trata también preocupa el estado de los caminos de la producción, en zonas rurales “se necesita mejorar más de 400 mil kilómetros de calles de tierra o naturales, no siendo necesario pavimentarlos, pero si hacerlos transitables durante todo el año”, reveló Néstor Fittipaldi, responsable del Departamento de Asuntos Técnicos e Infraestructura de FADEEAC. “Por lo general -explicó- en estas zonas se dispone de materiales para su mejora y también de maquinaria y personal especializado pero falta organización entre productores, comerciantes, transportistas y gobiernos municipales para ponerlas en práctica”.
Recordando el importante incremento de costos que sufrió el transporte de cargas, que acumuló un 22,67%, en el primer semestre del año, Indart sostuvo que el sector está saturado y que el 66% de los costos del transporte se lo llevan el combustible y los salarios: “Hay que mejorar la coordinación con los dadores
de carga teniendo en cuenta el aliado estratégico que significan el transporte y las cadenas logísticas”. ¿Cuál es la clave? Pensar en la competitividad de la actividad integrando los modos marítimo-ferroviario-terrestre, ese desafío que lleva del dicho al hecho.
NG-5 de agosto 2014 / Fuente: Suplemento Comercio Exterior, diario La Nación