Piedras en el camino para los vehículos eléctricos

La industria automovilística europea pide que se tomen medidas urgentes ante la caída de la demanda de unidades.

Un factor agravante es la rápida erosión de la competitividad de la UE.


La tendencia continua a la reducción de la cuota de mercado de los coches eléctricos de batería en la UE envía una señal extremadamente preocupante a la industria y a los responsables políticos, observó la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés).
Los fabricantes de automóviles europeos, unidos en la esa entidad, piden a las instituciones de la UE que presenten medidas de alivio urgentes antes de que entren en vigor los nuevos objetivos de CO2 para los coches y furgonetas en 2025. Además, instan a la Comisión Europea a que adelante a 2025 las revisiones de la normativa sobre CO2 para vehículos ligeros y pesados, previstas actualmente para 2026 y 2027 respectivamente.
La industria automovilística europea apoya el Acuerdo de París y los objetivos de descarbonización del transporte de la UE para 2050 e invertió miles de millones en electrificación para llevar los vehículos al mercado.
Desde la ACEA se informó que las compañías están comprometidas con la transición energética, pero “los demás elementos necesarios para este cambio sistémico no están en su lugar. Un factor agravante es la rápida erosión de la competitividad de la UE, como lo confirma el informe Draghi”.
Los últimos datos de matriculación de vehículos de la UE publicados por la ACEA hoy confirman una vez más que el mercado de los coches eléctricos se encuentra ahora en una trayectoria descendente continua.

 

Pedidos
El Consejo de Administración de la ACEA señaló que faltan condiciones “cruciales” para crear más infraestructura de carga y recarga de hidrógeno, un entorno de fabricación competitivo, energía verde asequible, incentivos fiscales y de compra, y un suministro seguro de materias primas, hidrógeno y baterías. El crecimiento económico, la aceptación del consumidor y la confianza en la infraestructura tampoco se han desarrollado lo suficiente.
“Las normas actuales no tienen en cuenta el profundo cambio en el clima geopolítico y económico de los últimos años y la incapacidad inherente de la ley para ajustarse a los desarrollos del mundo real erosiona aún más la competitividad del sector”, sostuvo la entidad a través de un comunicado.
Y agregó: “Esto plantea la desalentadora perspectiva de multas multimillonarias, que de otro modo podrían invertirse en la transición a cero emisiones, o recortes innecesarios de la producción, pérdidas de empleo y una cadena de suministro y valor europea debilitada en un momento en el que nos enfrentamos a una feroz competencia de otras regiones automovilísticas”.