El futuro de los objetos: la clave de la economía circular

Este concepto gana relevancia a medida que el mundo se enfrenta a desafíos ambientales y económicos cada vez más apremiantes. Ventajas a tener en cuenta.

 

Por Felipe Herrera Zoppi*

La optimización de bienes repercute directamente en la eficiencia, los costos y la mejora de la reputación de marca, entre otros factores.


La economía circular es un enfoque innovador que busca transformar la forma en que producimos, consumimos y desechamos productos y recursos. A diferencia del modelo lineal tradicional, este modelo promueve la idea de «reducir, reutilizar y reciclar». Se basa en la premisa de que los productos y materiales deben mantenerse en uso durante el mayor tiempo posible, minimizando así el desperdicio y reduciendo el impacto ambiental.
Existen múltiples factores por los que una empresa debería incorporar este enfoque. Muchos de ellos no sólo se relacionan en ser parte de un nuevo paradigma social, sino que también se trata de optimizar bienes, lo que repercute directamente en la eficiencia, los costos y la mejora de la reputación de marca, entre otros ítems.
Algunos factores a destacar son la sostenibilidad ambiental, la eficiencia operativa, la ventaja competitiva y el cumplimiento normativo.
El sector de bienes y objetos es un ámbito crucial y el punto de acción de la economía circular. Desde objetos de electrónica, mobiliario y hasta textiles de moda, la mayoría de las personas compran y desechan elementos con regularidad.
En este ámbito fomentar la circulación de bienes, el reciclaje o la reutilización, es esencial para reducir la cantidad de residuos y recursos físicos desperdiciados en guardado. Además, la economía circular puede estimular la innovación en diseño y fabricación, lo que puede dar lugar a productos más sostenibles y de mayor calidad.

 

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La sociedad de consumo promovió la acumulación excesiva de bienes, lo que no sólo es insostenible desde una perspectiva ambiental, sino que también puede generar una carga psicológica –hace años que escuchamos el verbo “soltar” como filosofía de desprendimiento -.
El enfoque de la circularidad promueve liberar espacio físico, y también colabora con nuestra salud mental. Además, al donar, vender o reciclar objetos, les damos una segunda vida y reducimos la demanda de nuevos productos. Al adoptar prácticas circulares y fomentar la circulación de productos, contribuimos a un futuro más sostenible y resiliente.
Vale destacar que las empresas pueden beneficiar a las personas o comunidades que necesitan los bienes u objetos que ya no son de su utilidad. Colaborar con organizaciones no gubernamentales (ONGs) trae un impacto profundamente positivo, tanto para los donantes como para los receptores.
Al respecto, los aspectos a resaltar son el beneficio económico y la liberación de espacio. A nivel emocional, esta práctica puede también mejorar la satisfacción y el compromiso de los empleados. En resumen, el acto de donar no sólo tiene implicaciones económicas, sino que también enriquece la cultura de la empresa y refuerza su responsabilidad social.
Vivo en esta paradoja porque creo en esta filosofía: creamos un modelo de negocio para que nos paguen por guardar las cosas, pero nuestro objetivo es que esos productos se re-introduzcan en la economía, porque apostamos por la economía circular.

 

* CEO de SpaceGuru