El titular de la Fadeeac, Roberto Guarnieri, alertó sobre la situación que atraviesa el autotransporte en el país.
Si hoy tuviéramos el gasoil suficiente para abastecer el país, no podríamos hacerlo porque no hay camiones.
Si bien persisten dificultades en algunos distritos del país para conseguir gasoil, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) aclaró que hubo una mejora en el acceso del combustible para los autotransportistas.
El presidente de la entidad, Roberto Guarnieri, dijo que las demoras para cargar en las estaciones de servicio siguen demandando varias horas, lo que perjudica la normal operación de los camiones.
Otra piedra en el camino es la falta de neumáticos, aunque en menor grado respecto a meses atrás. Sin embargo el alza de sus precios, como de los principales otros insumos de la actividad, continúa generando trastornos a la hora de trasladar mercaderías. El escenario obliga a los transportistas a buscar soluciones sobre la marcha. La falta de previsibilidad para anticiparse a los problemas y las limitaciones en los temas en agenda entre los sectores público y privado, empujan a las empresas del sector a maniobrar en el cultivo de la incertidumbre.
¿Cuál es la situación del combustible?
Mejoró un poco. Como el trabajo mermó porque la época de cosecha prácticamente terminó, entonces hay un poco más de volumen. Si bien hay más en las estaciones de servicio, lo que tienen no alcanza para nada. Seguimos haciendo cola. Más de la mitad del día no tienen gasoil. En tres o cuatro o seis horas se termina. Igual, se está distribuyendo un poco más en el país y focalizando más en la zona norte, donde más faltaba. Ahora, llevan de a poco a distintas provincias, en menores cantidades a las que estábamos acostumbrados. Esta situación la conocemos gracias al relevamiento que hacen las cámaras y sus socios.
¿Cómo afecta su costo?
A medida que falta gasoil, va variando bastante el precio. El combustible de grado tres vale un 40% más del que usan los transportistas, que es el de grado dos. Tenemos que andar con el diesel 500 –de YPF- para poder tener alguna rentabilidad.
¿Qué otras razones atentan contra la disponibilidad de este recurso?
Si hoy tuviéramos el gasoil suficiente para abastecer el país, no podríamos hacerlo porque no hay camiones. Tenemos un problema de logística. La reposición de estas unidades parece que no fuera algo importante, pero, para dar un ejemplo, el caso de los que transportan combustibles, dice lo contrario, ya que tienen vencimientos, que ahora es de 13 años. Son más los que salen de circulación que los que se compran nuevos. Nos estamos quedando sin vehículos para ese fin. Pedimos que nos den dos años más hasta que, por lo menos, se puedan adquirir camiones como tiene que ser. Luego, se volvería a la marca actual de antigüedad.
¿Qué pasa con los de carga general?
Solicitamos que los escalados, que llevan un poco más de tonelaje que uno común, pasen de 20 años a 25 años. Hay camiones muy buenos que salen de circulación y es una lástima desperdiciarlos. Por las cosechas, son más grandes los tonelajes a transportar, pero, hay escasez de unidades. Los funcionarios que están en estos temas deberían sentarse para escuchar nuestras propuestas. Si después sirven o no, lo tendrán que analizar ellos.
La Fadeeac planteó la necesidad de profundizar el diálogo con funcionarios del área. ¿Cuál es el objetivo?
Tenemos una mesa de trabajo con el Ministerio de Transporte, que llamamos “la mesa del RUTA (Registro Único de Transporte Automotor)”. Pero queremos otra un poco más general, en la que se incluyan temas como el combustible, las cubiertas, ya que se está descuidando mucho la economía del sector, y somos los que transportamos el 90 por ciento de las cargas. Hay varias cosas que solucionar: la escasez de insumos básicos, no tener reposición de camiones nuevos ni tampoco repuestos, y los que hay, no tienen precio fijo. Nos gustaría anticipar o prevenir determinados problemas para que no nos vuelva a pasar lo del gasoil. En el momento de más trabajo tuvimos que estar parados.
¿Y el mercado de los neumáticos cuál es?
Hay un poco más que hace siete u ocho meses. Pero valen el doble de lo que salían en su momento. Uno de primera marca, de los que usábamos antiguamente, llegó a estar 1.000 dólares, cuando antes valía 500 dólares. Se hace casi imposible la compra. A su vez, la falta de neumáticos dificulta las operaciones, aunque no genera tanto inconvenientes como la del gasoil, ya que de alguna manera vamos encontrando soluciones provisorias. Además, salieron al mercado cubiertas de origen chino. En el transporte, hay problemas en todos los rubros. Todo aumenta y hoy nadie quiere vender nada.
¿Cómo analiza el aumento de los costos?
Estamos preocupados. Nosotros vamos corriendo siempre de atrás. Cuando incrementamos la tarifa, recién la empezamos a cobrar a los 30 o 40 días, con suerte. Y para entonces hay que volver a aumentar. El precio del combustible, dependiendo la provincia, tiene un precio distinto al que hay en Buenos Aires. Queremos lograr que todos paguen lo mismo para que nadie corra con ventajas.
¿En el interior, el actual contexto es más delicado?
La crisis ataca a todos por igual. En las provincias, a lo mejor, sufren un poco más porque las cosas llegan más tarde que a Buenos Aires o hay más inconvenientes en conseguir los insumos. Al transportista que viene a Capital le resulta más fácil. El problema es del cerealero que se mueve en su zona y no sale de ahí. Igualmente con las comunicaciones que hay resulta más fácil que hace unos años atrás.
La gran parte de las empresas autotransportistas son pymes. ¿Qué riesgos corren en este panorama?
Siempre hay riesgos. Venimos de una pandemia que nos golpeó bastante. Muchas empresas pudieron trabajar por el rubro en el que operan. Si tienen las cosas más o menos en orden van a seguir subsistiendo. Otras, en cambio, estuvieron totalmente paradas, y arrancar de nuevo hoy cuesta una barbaridad. Les llevará mucho reponerse. Solamente para llenar un tanque de gasoil se precisa entre 70.000 a 100 mil pesos, según donde se cargue. Ya con eso hay un costo importante. Los cambios del dólar y los faltantes de insumos no ayudan. Nunca se sabe con los vaivenes de la economía dónde vamos a llegar. Pero el transportista siempre se reinventa. Siempre inventa algo para salir. Al estar acostumbrados a los cambios, enseguida pega el volantazo para subsistir.
Así las cosas, ¿qué rol cumplen las cámaras?
Le dan información y asesoramiento a todo el transporte. Pero no podemos intervenir en el precio de los combustibles o en la falta de cubiertas. Siempre es bueno tener una cámara cerca. Cumplen un rol importante. En el caso de las cubiertas, las cámaras ayudaron para que llegaran al país. Con el gasoil también hicieron un trabajo impecable, ya que la información la daban ellas. Eso fue muy bueno para los camioneros a la hora de decidir si se trasladaban o no a una u otra provincia. Por su parte, la federación no deja de trabajar con toda su gente y cámaras, siempre en pos del transporte. Por parte del gobierno tenemos muy pocas respuestas. Pero seguimos trabajando.