Argentina recupera actividad perdida durante la pandemia, según la CAME, que sin embargo alerta sobre la complejidad de la situación.
2021 terminaría con una recuperación de la actividad del orden de 9,7% interanual.
“La actividad general del país que se vio seriamente afectada durante la pandemia logró recuperarse casi en su totalidad. No obstante, la situación es todavía delicada”, afirmó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en un relevamiento anual que realizó a modo de balance de 2021.
El informe –que cuenta con los últimos datos disponibles a octubre y proyecciones- revela que la actividad general se encontraba 2,1% por encima del nivel que registraba en el momento previo al inicio de la pandemia de COVID-19. De esta manera, Argentina se encamina a cerrar 2021 habiendo recuperado prácticamente todo el terreno perdido en materia de actividad.
En los primeros diez meses del año el país acumuló un crecimiento de 10,4% interanual y, de acuerdo con el último relevamiento de proyecciones del BCRA, se estima que 2021 terminaría con una recuperación de la actividad del orden de 9,7% interanual, similar a la caída registrada en 2020 (-9,9% interanual).
“No obstante, la situación todavía es delicada”, indicó la CAME, porque el nivel de actividad general promedio de los primeros diez meses de este año estaba 2,2% por debajo del registrado en igual período de 2019 (y 5,7% por debajo del de 2017, último año de expansión previo al trienio de recesión 2018-2020). Por el otro, porque todavía se observaban ciertas heterogeneidades sectoriales en el ritmo y el alcance de la recuperación.
A modo de ejemplo: el comercio mayorista y minorista y la industria manufacturera son dos sectores cuyos niveles de actividad mejoraron frente a 2019 (crecieron 5,4% y 5,1% considerando el promedio enero-octubre de 2021 versus el mismo período de 2019), pero en el último caso el promedio encierra rubros con crecimiento en torno al 40%, otros con modestas subas de un dígito, y casi el 40% de los rubros registrando caídas.
En cambio, las actividades relacionadas con el turismo y la gastronomía, que fueron las más afectadas por la crisis sanitaria, aún no logran recuperar sus niveles de actividad prepandemia: en los diez primeros meses del año la actividad del sector se recuperó 15,4% frente a 2020, pero a pesar de ello todavía registra una caída del 40,6% frente a enero-octubre de 2019.
Empleo y financiamiento
Como consecuencia de la caída de la actividad, entre 2019 y 2020 se perdieron algo más de 280 mil puestos de trabajo asalariados en el sector privado, más de la mitad de los mismos en pequeñas y medianas empresas. A su vez, si bien la recuperación va permitiendo recomponer la dinámica del mercado de trabajo, todavía la tracción sobre el empleo privado viene siendo algo lenta.
A septiembre, la cantidad de trabajadores asalariados formales del sector privado todavía se encontraba 0,8% por debajo de la registrada en febrero de 2020. Según la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en el caso de las empresas de entre 10 y 49 ocupados (proxy de pequeñas empresas) la misma comparación todavía arroja una caída de 3%, que se reduce a 0,6% para aquellas de entre 50 y 200 empleados (categoría asimilable a empresas medianas).
El financiamiento a pequeñas y medianas empresas en los primeros 11 meses de 2021 acumuló un crecimiento de 4,8% interanual, descontado el efecto de la inflación.
Sin embargo, sigue siendo crítico que la principal y -en una gran mayoría de casos- única fuente de financiamiento de las pymes sean sus propios fondos. Una abrumadora cantidad de empresas de este segmento expone rechazos explícitos de parte de los bancos o condiciones decididamente inabordables para el retorno de los préstamos como las verdaderas causas de ese distanciamiento financiero.