El nuevo presidente de la Federación que reúne a importantes entidades logísticas, marcó las prioridades y la actualidad de un sector que se enfrenta a grandes desafíos.
Habla bien de la competitividad de un país cuando alguien compra un producto y lo paga al mismo costo o menos que en los países vecinos
Mucho se habla sobre cómo se percibe el paso del tiempo en pandemia: la vertiginosidad, los cambios constantes, las transformaciones particulares y globales que se deben enfrentar a escalas inéditas. En ese contexto, llevar adelante una nueva entidad logística en el país ya es meritorio sólo desde su intento.
En marzo del año pasado, se constituyó la Federación Argentina de Entidades de Transporte y Logística (Faetyl), que hoy reúne a siete cámaras, de gran importancia para la industria. Luego de estar encabezada por el histórico dirigente Jorge López, asumió su presidencia Juan Aguilar, titular de la Cámara de Empresas del Autotransporte de Bebidas (Cedab). Con mucho por hacer, el directivo marcó las prioridades, los objetivos y las urgencias de un espacio empresarial con intensos desafíos por delante.
Por lo pronto, Aguilar señaló lo que es para la logística un reto inédito: el transporte de millones de vacunas contra el Covid-19. “El sector tiene un rol importantísimo y la sociedad debe saber que se está a la altura de las circunstancias, con los estándares de calidad de los mejores países del mundo, en cuanto a cuidado, mantenimiento, distribución y velocidad para transportar las dosis”.
¿Cómo se están preparando para el plan de vacunación?
El sistema logístico está perfectamente listo. Estamos orgullosos de tener dentro de la estructura de Faetyl cámaras y empresas que ya están preparadas y que fueron designadas para su distribución. Se va a comenzar con la de origen ruso y después con las de los distintos laboratorios. Confiamos que esto también se va a lograr debido a la alta profesionalidad que tiene nuestro sector y el compromiso con el sistema logístico.
¿Qué otras prioridades tendrán en cuenta?
En primer lugar, preservar la salud y el contexto laboral de nuestros colaboradores en todos los ámbitos. Creemos haber sido exitosos por el nivel de servicios que continuamos sosteniendo y por los bajos niveles de contagio que hay en nuestras organizaciones. Los contactos que hubo tuvieron que ver con factores sociales y no relacionados al ámbito laboral. No hubo casos que debieran cerrar por contagios masivos.
En estas circunstancias, ¿cómo se lleva a cabo la construcción de una nueva federación?
Es realmente un momento muy complicado. Se trata de seguir profundizando nuestro plan estratégico, que tiene un norte definido en ocupar un espacio que necesitaba esta industria, altamente competitiva y evolutiva, y que necesita de acciones inmediatas para lograr eficiencias. La construcción de Faetyl nos tomó justo en una pandemia. Pero trabajamos arduamente, mientras buscamos interactuar con todos los modos de transporte y los organismos relacionados.
¿En qué consisten esas acciones?
Cuando comenzaba a materializarse esta pandemia a nivel global, nos reunimos con los ministerios de Producción y de Salud para ser parte, desde el inicio, del Comité de Crisis. Sugerimos las mejores prácticas a los efectos de que toda la población, en cualquier punto del país, pueda disponer de los bienes que necesitara. Nunca se vio interrumpido. También contribuimos en crear políticas de transitabilidad, a pesar de algunos problemas que se pudieron resolver junto a las autoridades.
¿Cómo fue, en general, el nivel de actividad de las empresas del sector durante el año?
Hay distintas realidades. En el consumo masivo hubo una retracción que se sostuvo desde el inicio de la pandemia. Ha generado un deterioro económico formidable en empresas de logística. Algunas pudieron acceder a ayudas o beneficios por parte del Estado nacional. También se hicieron acuerdos para organizar o estructurar el normal funcionamiento de cada una de las compañías, siempre asociado al nivel de actividad. Las que operan con la industria automotriz, metalmecánica o artículos del hogar les fue mucho peor. Sin embargo, hubo empresas que pudieron profundizar los cambios que llevaban adelante con el e-commerce o que adaptaron sus estructuras para otros tipos de servicios. La logística sabe cómo lograr su transformación.
¿Qué oportunidades da el e-commerce?
Al acelerar su penetración en el mercado local, muchas firmas encontraron una oportunidad para mutar o adecuar sus actividades a fin de seguir siendo competitivas. El mundo desde hace varios años nos está demostrando que hay que evolucionar, cambiar y adecuarse a las nuevas necesidades del comercio y del cliente final.
¿Cómo se prepara el sector para lo que viene?
La transformación tecnológica es lo que debe profundizarse en las empresas logísticas. Otros desafíos tienen que ver con generar el contexto adecuado para el normal desarrollo de la actividad, que demandará de adecuaciones prácticas, regulatorias y de legislación. Cada gobierno va a tener que acompañar con leyes que faciliten la transitabilidad.
¿Por ejemplo?
Estamos impulsando todo lo relacionado con la digitalización. Si bien se aceleró mucho por la pandemia, generando cambios de hábitos drásticos, tenemos que aprovechar este contexto para continuar ganando eficiencia y velocidad en las transacciones. De esa forma, mejoraría el comercio. Sabemos que el Estado nacional nos va a acompañar porque entiende la manera de ser más eficiente y en bajar los costos.
¿Mantiene esperanzas de una solución al respecto?
Somos conscientes de la situación que es sumamente grave y también responsables y solidarios al haber involucrado a Faetyl en la iniciativa #SeamosUno, que fue sumamente gratificante y conmovedor. Sabemos que a través del consenso, las buenas ideas y las buenas prácticas podemos acompañar y ayudar a los gobiernos a tomar las mejores decisiones para nuestro sector y que eso contribuya a lograr eficiencia que se vea volcada luego en la sociedad. Habla bien de la competitividad de un país cuando alguien compra un producto y lo paga al mismo costo o menos que en los países vecinos. Somos un pequeño eslabón de toda esa red del sistema económico argentino, donde aportamos lo mejor de nosotros. Promover el multimodalismo es uno de los objetivos. En algunos casos es un hecho concreto. Necesitamos el acompañamiento del Estado y obras de infraestructura.
Nivel mundial
Según Juan Aguilar, “la logística argentina está a nivel de las mejores del mundo en cuanto a servicio”. Si bien dijo que “tiene una gran deficiencia en infraestructura”, también destacó que “se ganó muchísimo con el tema de la escalabilidad, lo que es un reconocimiento al sector que hizo un gran aporte en eso, porque logró una eficiencia muy importante. Hay que continuar profundizándola”.
Por otra parte, afirmó que la actividad logística hizo importantes inversiones en formación y capacitación profesional. “Ahí está puesto el mayor foco estratégico de nuestro sector de cara al futuro”, concluyó.
Nota publicada en la edición de hoy de Transporte & Logística de La Nación.