La automatización y la inteligencia artificial tienen impacto en todo, en los procesos industriales, en los logísticos, en el empleo y en la vida en general.
Los trabajadores deberán aprender a convivir con las nuevas tecnologías, de la misma manera en que todas las personas aprenden a usar los nuevos teléfonos y las nuevas aplicaciones, aseguró Fernando Dobrusky, director de la Carrera de Ingeniería del Transporte de la Universidad de San Martín (UNSaM).
El especialista apuntó que “en un depósito, por ejemplo, el foco de los WMS (Warehouse Management Systems), que hace algunas décadas estaba en saber cuánto había de cada ítem y dónde estaba, se está focalizando más en utilizar modelos de optimización para hacer las operaciones más eficientes, definiendo qué y dónde guardar para minimizar traslados”.
Aseguró que “en un nuevo paso estos sistemas, utilizando herramientas de inteligencia artificial, pueden predecir lo que se va a tener que mover, aumentando la optimización. Es decir, si un operario termina de mover los pallets y completó la preparación de un pedido, un sistema inteligente puede, en función del análisis de datos históricos (incluyendo tendencias y estacionalidades) predecir los pedidos que los clientes van a hacer y con eso ganar tiempo y preparar pedidos de antemano”.
Dobrusky descartó que desaparezcan “del todo” empleos. “Hace cientos de años que empleados guardan cosas y sacan cosas de depósitos, hace cientos de años que empleados trasladan cargas, quizás antes con carretas, después con camiones. Las herramientas son distintas, pero en el fondo las funciones son similares. Uno podría decir que ahora una persona manejando un bitren mueve más carga que una hace 200 años con una carreta, es cierto, pero también hay mucha más carga para mover hoy que hace 200 años», añadió.
El especialista reconoció que existen tecnologías que podrían reemplazar empleos, “pero, por lo menos en la Argentina, no son implementables a gran escala” y lo ejemplificó con los sistemas de peajes free flow, o con las tecnologías automáticas de pickeo. “En Alemania o Barcelona super automatizados desde hace décadas… pero pensar que esas tecnologías se van a implementar en forma masiva es ilógico, los ahorros en mano de obra nunca van a pagar la inversión, con lo que vamos a seguir necesitando pickeadores”, señaló.
A su vez, insistió en que “no hay que tener miedo a la tecnología. En ningún país crece el desempleo por el avance de la tecnología. Se pierden empleos por políticas económicas, por crisis, por razones macroeconómicas” y sentenció: “Con las nuevas tecnologías, un país no va a necesitar menos gente para producir, sino que con la misma cantidad o más va a producir y transportar más, a menor costo, y ser más competitivo”.
“Los países más avanzados, si necesitan menos trabajadores por el avance de la tecnología, generan alternativas de mejora en la calidad de vida en lugar de desempleo. Por ejemplo, cuatro días laborales por semana, jornadas de seis horas, combinar trabajo en la empresa con tareas comunitarias financiadas por la empresa”, dijo el docente de la USaM.
Dobrusky concluyó: “En la Argentina esto es mucho más visible, se pierden cientos de puestos de trabajo de una pyme porque cierra, o miles de una cadena de supermercados porque no le dan los números. No se pierden puestos de trabajo porque una empresa instala una cinta transportadora y hace que 10 operarios sean reasignados a otro sector”.