El e-commerce mostró variaciones interanuales influenciado por la economía local, mientras se afianza a nivel mundial.
La facturación del comercio electrónico en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cayó casi 4% el año pasado respecto de 2017, mientras que el volumen de operaciones se incrementó 25%, según las mediciones de la Federación de Comercio e Industria (Fecoba) metropolitana, difundidas la última semana por el Centro de Investigación Pyme Ciudad Productiva.
En tanto, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) informó que durante 2018 la facturación a nivel nacional se incrementó 47% respecto del año anterior, con un una suba de 25 en el volumen.
Fecoba indicó también que en términos nominales la facturación del comercio electrónico porteño fue el año pasado 41,6% superior a la de 2017, «pero representa un retroceso del 3,9%, teniendo en cuenta que la inflación en la ciudad fue del 45,5%». A nivel nacional, según la Federación, el incremento real fue de 1,6% interanual.
En otro sentido, el informe 2018 de la CACE indicó que las compras pagadas con tarjetas de crédito retrocedieron de 92% a 78% el año pasado, con la incorporación de nuevos medios de pago, como la tarjeta de débito, billetera electrónica y pagos en efectivo.
Mientras tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) previó que el comercio electrónico transfronterizo aumentará las tasas anuales a más de 25% hasta 2020, por lo que la capacidad transnacional del e-commerce sobrepasaría al crecimiento de esa modalidad dentro de cada país.
Así, 76% del comercio electrónico mundial se debió a transacciones domésticas en 2015, mientras que en la actualidad los envíos internacionales están crecen el doble, en comparación con los locales, según la OCDE.
Por otra parte, el tipo de envíos también experimenta una transformación, ya que en un principio el comercio B2B acaparaba el e-commerce transnacional, pero ahora el comercio B2C formará 30% del volumen total del segmento mundial en 2020.
Entre los factores que valoran los clientes, se destaca la diversidad de productos, así como los bajos precios que pueden obtener al pedir mercancía procedente de otros países a través de Internet.
El desarrollo del canal online mundial abre las puertas a empresas de cualquier tamaño y condición para que puedan llegar a clientes de cualquier lugar del planeta, sin embargo también modifica el funcionamiento de las aduanas, al dificultar la inspección aduanera.