Las variaciones climáticas en América Latina afectan el trazado vial, por lo que tres entidades multinacionales elaboraron una guía para prevenir esos problemas.
Las carreteras de América Latina son muy vulnerables frente al cambio climático por lo que CAF –banco de desarrollo de América Latina-, la Asociación Española de la Carretera (AEC) y el Instituto Vial Ibero-Americano (IVIA) desarrollaron una guía con recomendaciones de adaptación a corto, medio y largo plazo para prevenir y paliar los daños.
La mayoría de países de América Latina se enfrentan a complejos desafíos institucionales, técnicos, financieros, políticos y sociales para adaptar sus carreteras al clima, lo que pone en riesgo tanto la seguridad como la sostenibilidad de sus sistemas viales.
La guía contempla tanto las carreteras de nueva construcción como la red vial en servicio, y plantea acciones en torno de dos pilares: la planificación estratégica, que implica crear marcos institucionales, legales y sociales adecuados; y medidas específicas que incluyen buenas prácticas de ingeniería para el diseño y construcción de infraestructuras más resilientes.
La publicación también alerta sobre el hecho de que los datos climáticos históricos no son suficientes para una adecuada gestión de la infraestructura, por lo que si la planificación y el diseño de carreteras continúan realizándose ateniendo a las prácticas habituales de ingeniería en la región, podría derivar en la imposibilidad de dar respuesta a futuros fenómenos climáticos.
Las acciones relacionadas con la gestión de riesgos de desastres y las medidas de mitigación y adaptación al clima en el sector del transporte están cobrando una atención creciente; específicamente en el sector vial se han identificado algunos eventos climáticos en la región que están impactando en la vida útil de las infraestructuras.
No obstante, según la guía, la adaptación de las infraestructuras al clima en América Latina y el Caribe presenta cierta heterogeneidad entre los países. Mientras que algunos han comenzado a desarrollar planes de adaptación, otros se encuentran en fases muy incipientes, aunque se reconoce, de manera generalizada, la necesidad de actuar en este ámbito en todos los estados.
Las entidades multilaterales están desplegando programas de ayuda para la adaptación a la variabilidad y cambio climáticos, aunque la aplicación a las infraestructuras de carreteras es relativamente reciente y las experiencias existentes son limitadas. A escala nacional, no suele existir una coordinación eficiente entre las diferentes autoridades y esto se traslada a las relaciones nacionales y supranacionales.