Usar gas en el transporte no daría soluciones ante el cambio climático, según un informe realizado por una red ecologista europea.
Utilizar gas natural en el transporte sería tan malo para el clima como utilizar nafta, gasóil o combustibles marinos convencionales, según el informe “GNC y GNL para vehículos y buques: los hechos”, publicado por la red ecologista europea Transport and Environment (T&E).
Según la investigación quemando gas en los vehículos se generaría tanta contaminación como quemando nafta; en tanto en los vehículos Diésel, la ventaja en términos de calidad del aire sería mínima y podría desaparecer en cuanto se hagan efectivas las nuevas normas.
Para T&E, Ecologistas en Acción, Eco-Unión y PTP los gobiernos deberían aceptar que el gas fósil no puede ayudar a limpiar el sector del transporte, por lo que se debe comenzar a gravarlo con los mismos impuestos que otros combustibles.
Cuando se contabilizan los efectos de las fugas de metano (un gas con un potencial de calentamiento 86 veces superior al del CO2 en los 20 primeros años de vida), las supuestas ventajas climáticas del gas natural respecto del petróleo no son tales.
En camiones, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el caso de emplear gas natural son bastante parecidas, oscilando entre 5% más y 2% menos al compararse con los mejores camiones de última generación que emplean combustibles fósiles.
Según investigaciones recientes, las fugas reales de metano a lo largo de toda la cadena de suministro serían 60% mayores que lo que se había estimado, lo que relativiza el argumento del gas natural como combustible “limpio” o “de transición” hacia las renovables.
El sector del transporte ha considerado al gas como combustible del futuro, con el apoyo de las administraciones públicas, que le conceden la consideración de “combustible limpio”, con ventajas fiscales.
Para los autores, los camiones y buques a gas no tienen beneficios para el clima y son una distracción para conseguir el objetivo de un modelo de transporte con cero emisiones. En camiones, el uso de GNL puede incrementar las emisiones de NOx, dependiendo del tipo de motor, y puede tener emisiones de partículas en suspensión significativamente superiores a los camiones Diésel.
En cuanto al “gas renovable”, explicaron que aunque hay un porcentaje de biometano que podría producirse de forma sostenible a partir de residuos, el máximo potencial posible y en el mejor de los casos en que todo se dedicara al transporte, no alcanzaría el 10%; algo muy limitado y que competiría con otros sectores que todavía usan gas –residencial, calefacción y electricidad– donde no es necesario invertir en nuevas infraestructuras.
Por su parte el gas renovable basado en electricidad (conversión del excedente de electricidad renovable en hidrógeno y posteriormente en metano para inyectarlo como almacenamiento en la red) es muy intensivo en energía y muy caro de producir, según las conclusiones del informe.