Los camiones autónomos, la automatización de depósitos, la conectividad impactarán en los costos de los negocios en un futuro cercano.
En los Estados Unidos, los avances tecnológicos están exponiendo las vulnerabilidades en todas las industrias, especialmente en el comercio minorista y, según un estudio de la consultora internacional McKinsey & Company, las empresas logísticas de ese país están empezando a sentir esa tendencia.
El trabajo realizado por Aisha Chottani, Greg Hastings, John Murnane y Florian Neuhaus, ha revelado cinco tendencias que ofrecen indicadores de cambios inminentes para las empresas de camiones, ferrocarriles, almacenamiento y logística que mueven las mercancías de los Estados Unidos.
Una de esas tendencias serían los vehículos autónomos que –afirmaron- cambiarán la estructura de costos y la utilización de camiones y, con eso, el costo de los bienes de consumo. El 65% de los bienes consumibles de ese país son transportados en camiones. Con autotransporte autónomo, los costos operativos disminuirían casi 40%, lo que ahorraría al sector entre 85.000 y 125.000 millones de dólares. “La gran pregunta es cómo se distribuirán estos ahorros”, sentenciaron.
Si bien se han realizado experiencias con camiones autónomos de reparto en ese país, los autores consideraron que “la autonomía total está muy lejos”, pero identificaron cuatro oleadas: la primera –hasta 2020- sería el “platooning”, con un conductor en cada camión que componga el pelotón; la segunda, con un único conductor para todo el convoy; a partir de 2025, el chofer tendría un trabajo esporádico, y desde 2027, el conductor no intervendría.
A partir de estas previsiones, los profesionales de la consultora estadounidense desarrollaron una serie de previsiones sobre las consecuencias que tendrá para los operadores ferroviarios, los de almacenes, centros de distribución y centros de distribución, los portuarios, los vendedores, los cargadores, para las empresas de autotransporte.
En otro sentido, advirtieron que si bien afectará a la mano de obra el impacto se verá mitigado por concentrarse en la industria de la larga distancia, la menos popular entre los conductores y la que ha visto la mayor carencia de postulantes. Pero no sería así entre las empresas ya que las de envergadura mayor, con más posibilidades económicas podrían tener un mejor desarrollo frente a las más pequeñas del mercado.
Las otras tendencias estarían signadas por el comercio electrónico que implica entre 12 y el 15% de todas las compras en los Estados Unidos y calcularon que en 2025, la demanda podría impulsar a disponer de 15% de entrega rápida y gratuita.
La automatización en la cadena de suministro amplió la capacidad de las empresas de logística para flexibilizarse con la máxima demanda, asumir cargas más pesadas y seleccionar y empaquetar productos individuales, necesarios para el comercio electrónico. La industria está cambiando hacia «almacén del futuro», con robots colaborativos, sistemas de clasificación avanzados y drones interiores. Para los autores, “a medida que avance la automatización, los costos de logística puedan caer hasta en 40%”.
El intercambio de activos avanzó en los entornos B2B, desbloqueando la capacidad no utilizada en activos de capital intensivo, como almacenes, camiones, trenes y barcos. Los modelos de crowdsourcing de última milla de plataformas de oferta y demanda, están haciendo sentir su presencia, especialmente en la industria de camiones.
El estudio de McKinsey & Company destacó que en los EEUU los principales transportistas utilizan datos y análisis para pronosticar la demanda y optimizar sus rutas de una forma que no se podría imaginar hace unos años. Algunos han recortado sus inventarios hasta 75%, bajaron sus costos de almacenamiento en 15 a 30% y redujeron los costos administrativos en 80% por ciento.
Afirmaron que para algunas empresas de logística de terceros (3PL) el nuevo enrutamiento basado en conectividad y análisis puede generar eficiencias de hasta 25%. “Los desarrollos en internet móvil, el Internet de las cosas y otras tecnologías no solo están aumentando los datos disponibles, sino que también ayudan a reducir el riesgo”, aseguró el texto.
Según el trabajo “cualquiera de estas cinco tendencias podría, podría, parecer una distracción. Pero en conjunto, estos cambios claramente implican un quiebre en todo el sistema de logística empresarial”.
“Para mantenerse a la vanguardia, los ejecutivos deben hacer preguntas estratégicas: ¿cómo pueden afectar las tendencias disruptivas a sus empresas? ¿Cuándo comenzarán a afectar estas tendencias a los clientes, proveedores y fuentes de ingresos? ¿Las tendencias presentan amenazas, oportunidades, o ambas? ¿Y cómo pueden prepararse las empresas?”, advirtieron los autores.