La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proyectaron un debilitamiento de la demanda de alimentos en conjunto con una mejora en la productividad unitaria. Sin embargo, las barreras comerciales podrían restringir el aprovisionamiento de alimentos en los países importadores.
En el informe sobre Perspectivas Agrícolas para los próximos 10 años que emiten ambas entidades anualmente se mostró que “la producción ha crecido notablemente en todos los productos básicos y en 2017 se habría alcanzado los más altos niveles en la mayoría de los cereales, carnes, productos lácteos y pescados. Al mismo tiempo los stocks de cereales alcanzaron máximos históricos”, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Sin embargo, la OCDE-FAO indica que el crecimiento de la demanda comenzó a debilitarse. Gran parte del impulso a la demanda durante la última década provino del aumento de los ingresos per cápita en la República Popular China, que estimuló la demanda del país de carne, pescado y piensos (alimento seco para ganado). Esta fuente de crecimiento de la demanda se estaría desacelerando y las nuevas fuentes a escala mundial no serían suficientes –en los próximos años- para mantener el crecimiento general”.
El trabajo realizado por Julio Calzada y Sofía Corina, para la entidad rosarina consignó que “como resultado, y esto no es positivo para Argentina, se espera que los precios de los productos agrícolas básicos se mantengan en bajos niveles o relativamente estables. Los altos niveles de existencias actuales hacen poco probable un repunte en los precios en los próximos años”.