El estibado de la carga sobre un camión, para evitar daños, tiene que responder a determinadas variables a tenerse en cuenta de manera adecuada.
El traslado de mercadería por camiones requiere de una adecuada sujeción, para evitar daños a la propia carga, a terceros y al propio vehículo, para eso será insoslayable el conocimiento de las buenas prácticas que permitan la inmovilización contra las fuerzas que se generen durante el viaje.
Al respecto, Daniel Clarke, consultor especializado en temas del transporte explicó qué significa que una carga está adecuadamente sujetada y dijo al respecto: “Claramente, no debería caerse del vehículo. Pero tampoco debería desplazarse dentro de él, poniendo en peligro su estabilidad o causando daño al vehículo u otros elementos de la carga. Y todo esto en condiciones normales de operación”.
Explicó que condiciones normales son “básicamente todo menos un choque o el vuelco de la unidad, es decir, hasta la frenada más severa, una maniobra de volanteo para evitar algún peligro, o tomar una curva a velocidad. De manera uniforme a nivel internacional, las normas lo definen de la forma siguiente: 80% del peso en el sentido longitudinal hacia adelante; 50% del peso en el sentido transversal y en el sentido longitudinal hacia atrás, y 20% verticalmente para contrarrestar los efectos de las vibraciones”.
Destacó el profesional que “los resultados de investigaciones han demostrado que las fuerzas que actúan sobre una carga en el día a día del transporte, generalmente están por debajo de las que consideran las normas. Se acercan a estos valores en casos de maniobras de emergencia ante situaciones imprevistas que, de todas formas, podrían surgir durante cualquier viaje”.
Clarke añadió que los resultados de esas investigaciones revelan que “la mayor parte del tiempo no le estamos exigiendo al máximo al sistema de sujeción. También explicarían por qué no tenemos más incidentes catastróficos de caídas de cargas de los vehículos”.
“Sin embargo, es difícil conocer la magnitud de la situación ante la falta de estadísticas completas sobre los accidentes. Sólo porque se ha transportado una carga de determinada forma durante muchos años, no significa necesariamente que está correctamente sujetada”, enfatizó el especialista.
En otro sentido, consideró que “aprender a entender y aplicar la norma, serie IRAM 5379 en el caso de Argentina, más el conocimiento de las buenas prácticas que la complementan, nos permitirán asegurar que el sistema de sujeción inmoviliza la carga contra las fuerza encontradas durante la conducción”.
“Pero, ¿Por qué hablar de sistema de sujeción? ¿Acaso no se trataba solamente de sujetarla con la cantidad de eslingas suficientes?”, se preguntó el especialista y respondió que “eso es una parte, o bien, una posibilidad, si bien es de las prácticas más usadas en la industria. Pero la sujeción de la carga es más que eso, depende de varios elementos trabajando en conjunto, por ende, un sistema”.
Ese sistema, dijo “se compone por un vehículo en el cual se puede contener o amarrar la carga de forma adecuada; una carga acondicionada para el transporte de forma que se puede manipular y sujetar de forma segura; accesorios de estabilidad para cargas redondas o de centro de gravedad alto; el correcto estibado de la carga en el vehículo para respetar los pesos por eje permitidos y no comprometer la estabilidad dinámica en marcha; equipos de amarre de capacidad y cantidad suficiente, y; finalmente, la colocación de los amarres de forma eficaz”.
El acondicionamiento de la carga es un paso previo a su estibado y es vital para la seguridad del sistema de sujeción. “Los métodos varían según las características de la carga, pero, por lo general, se trata de medios de agrupamiento o unitización de bultos individuales para facilitar su manipuleo y sujeción. Los medios deben también resistir a las fuerzas que actúan sobre la carga, de lo contrario se puede desplomar haciendo inútil el sistema de amarre al vehículo”, advirtió Clarke.