La llegada de equipos eléctricos para la operación logística sería una lógica que se debería dar en un tiempo no demasiado lejano, tal como está ocurriendo en países más desarrollados.
Eduardo Pérez
“Va a llegar a un momento en el cual el equipo de combustión va a ser de nicho, porque va a ser para grandes tonelajes, para situaciones de uso muy extremas. No sólo en autoelevadores, está pasando que los automóviles de combustión tienden a cero. Aunque todavía falta para los camiones eléctricos, sólo depende de cuan comercial sea la tecnología”, aseguró Miguel Ángel García, director de Kernium.
Convencido de que el mercado de equipos para la logística va hacia los eléctricos, García indicó que “la tendencia en lo macro va hacia lo eléctrico, no va más el argumento de la lluvia o de mucho frío, aunque las bajas temperaturas no favorecen ninguna reacción química y el rendimiento de una batería no sea el mismo. Pero la tecnología va evolucionando y esos problemas se van superando”.
Indicó que los sistemas pueden tener baterías de plomo/ácido, las más comunes; las de plomo; las que tienen gel como electrolito y las de ion litio a las que consideró de mayor futuro, aunque reconoció: “no sé si será la tecnología definitiva, pero se va hacia allí, porque permite cargas de oportunidad. En una hora, mientras un turno descansa, se recupera 50% de la batería”.
“Una batería tiene un promedio de 1.500 ciclos. Si a la de plomo/ácido no se le diera la carga prevista y tuviera dos por día, su vida útil se reduciría. Un ciclo es una carga donde toma temperatura, después viene el enfriamiento y luego el uso. Si se salta la de enfriamiento, el equipo se degrada. Una batería de plomo/ácido no debería descargarse más allá de 20% de su carga máxima”, resaltó.
García consignó además que “si en vez de cargadores convencionales de transformador se usasen de alta frecuencia que entregan una energía controlada, el ciclo será distinto, a pesar de que sea la misma batería y se podría prolongar su vida. Lo que se hace es suministrar la energía de distinta forma, tratando que no levante temperatura, que degrada el electrolito”.
Destacó, además que “Jungheinrich permite trabajar tres turnos con dos baterías, con lo cual se evita la inversión en una tercera batería, baja el tiempo de recambio y ahorra espacio físico. La tendencia va hacia el ion/litio, donde se acerca el equipo se lo conecta al cargador, se da una carga de oportunidad y no se tiene que cambiar la batería”.
Para García, “el precio de las baterías de ion litio va a ir decreciendo. En la Argentina se va a asociar con el cumplimiento de las regulaciones para que en aquellos lugares donde no se puedan utilizar equipos de combustión, no se utilicen, y cuando se financie a las empresas para que puedan adquirir este tipo de tecnologías que abaratan el costo operativo, que puede ser hasta un 80% más económico en la utilización que uno de combustión”.
“Los países desarrollados van hacia eso: equipos más eficientes que necesitan menos tiempo muerto, e inversiones no productivas” insistió y consideró que “el gobierno tiene que trabajar con las empresas para brindar apoyo a las empresas para mejorar la tecnología, como se hace en otros lugares del mundo”.
Finalmente, el director de Kernium se refirió al ingreso en el mercado de “equipos que llevan baterías de ion litio y solos detectan la baja y van a la estación de recarga, para después reintegrarse a la tarea. Pero, todavía estamos un poco lejos de eso”, lamentó.