«Atravesamos por una situación especial. Todos los indicadores de costos muestran un aumento considerable y sostenido; el índice Fadeeac ( Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga) arrojó un 18 por ciento de incremento en el primer trimestre del año y el de Cedol un 16,9 en el mismo período. Esto agravado por el proceso de desaceleración de la economía, por caída consumo y por costos ocultos que se vienen incrementando hace impostergable el traslado a tarifas para que los operadores podamos seguir siendo eficientes y responsables», sostuvo el presidente de Cedol, Jorge López, al inaugurar la jornada.
En su llamado a la reflexión de los clientes, López enfatizó que «en momentos como estos es cuando debemos demostrar aquello de gerenciar con responsabilidad social empresaria», y fustigó a quienes buscan «sacar ventajas, bajando las tarifas que les pagan a sus proveedores, lo cual a la larga distorsiona el mercado y no conduce al desarrollo y a la sustentabilidad que queremos. Hay que buscar el equilibrio entre todos los actores del mercado y no poner en riesgo una relación que debemos sostener y profundizar», advirtió.
También Hernán Sánchez, presidente de la Asociación Argentina de Logística ( Arlog), e invitado al encuentro, advirtió cuánto es capaz de aportar la logística a la «competitividad, que debe ser entendida como el modelo de país a adoptar» y aseguró que el sector que representa puede «aportar mucho en valor agregado a la productividad de la Argentina», aseguró.
Lo no medible
Tanto Carlos Musante, director técnico de Cedol, como los especialistas que ilustraron acerca de los puntos desarrollados en la publicación Costos ocultos y contingencias de la actividad logística ( entregada a los presentes al finalizar el encuentro y cuyos temas fueron anticipados en la edición de marzo de este suplemento), se refirieron a la «aceleración de los costos en los últimos meses», que abarca a «los medibles y un poco también a los no medibles».
Sobre estos últimos, que fueron analizados en el primer tramo del encuentro por el equipo de especialistas provenientes de empresas de Cedol, que condujo Musante, se señaló que generalmente «se originan por desconocimiento y que la mayor parte no con controlables. Si no podemos solucionarlos, al menos nos queda listarlos, conocerlos y difundirlos», señaló el director técnico de la cámara.
Desde la mesa de este grupo de disertantes también se expuso la «crítica situación del operador logístico por la baja de consumos, que obliga a tener una estructura de costos muy bien mensurada, con cláusula gatillo. La cuestión es llegar a una ecuación que permita mantener la calidad de servicio para sus clientes comerciales», dijeron.
«El tema es grave. Estamos abandonando nuestra función, que es la de mejorar cada vez más el servicio y la de conocernos entre nosotros, relacionarnos cotidianamente. Eso hoy es materia pendiente, porque tenemos que hablar de costos, que es lo menos productivo», remató Musante.
Los expositores dejaron en claro que la inflación lleva a las empresas del sector a «cortar los plazos de cobranza» y que «todo costo que no pasa a tarifa es pérdida para el operador logístico en un negocio que de por sí no supera un dígito de rentabilidad». Finalmente, recomendaron que «un buen contrato y un tratamiento de socios con el cliente son la mejor herramienta para combatir los costos ocultos».
Planificación
En el segundo tramo del encuentro el director regional para América latina de la consultora KPMG, Santiago Kraiselburd, disertó sobre el planeamiento de mediano y corto plazo como herramienta competitiva en las cadenas de suministro.
«Por lo general, el área de logística en las empresas es considerada culpable de todos los males y para que eso no ocurra el único antídoto es la planificación», remarcó.
Respecto de la actualidad argentina, consideró que «a mayor incertidumbre, más hay que planificar».
En cuanto al contexto regional apuntó que «América del Sur no es una región de bajos costos. Los impuestos son altos, varían de país en país, por lo que el sistema impositivo se vuelve muy complejo y cambiante, con pocas chances de mejora». También mencionó la «mala infraestructura y grandes distancias que implican costos enormes, además de una mano de obra cara».