Una operación de última generación

Arlog organizó una visita al Centro de Distribución de Droguería del Sud, para conocer la tecnología e innovación aplicadas.

La Asociación Argentina de Logística Empresaria organizó una visita guiada el pasado 20 de abril en Droguería del Sud ubicado en la localidad de Avellaneda en la provincia de Buenos Aires, para observar la tecnología y la innovación en un centro de distribución de última generación.
El recorrido estuvo a cargo de Mariano Simonetti, jefe de Planta de la empresa, quién comentó que la empresa cuenta con nueve centros de distribución y 52.000 metros cuadrados, desde donde abastece cotidianamente a 8.700 farmacias, que por su sistema de repartos se recorren 35 millones de kilómetros al año, cada día se realizan 16.000 entregas diarias en todo el país, se distribuyen 19 millones de unidades mensuales y tienen 2200 puntos de entrega por día.
La inversión total del centro de distribución de Avellaneda fue de 400 millones de pesos. El establecimiento tiene capacidad de preparación de 1.700 pedidos por hora, una extensión para almacenar y distribuir 20.000 referencias, un nivel de automatización superior al 90%, humedad y temperatura controlada entre 15 y 25 grados.
Los procesos dentro de la planta se encuentran controlados con tecnología de radiofrecuencia, el transporte interno se realiza mediante 2.200 metros de cintas mecanizadas que vinculan todos los sectores, conformando un sistema integrado de almacenamiento, picking y expedición.
La puesta en funcionamiento del centro de distribución en Avellaneda, tiene el objetivo de acelerar y optimiza tiempos y asegura la disponibilidad y surtido de productos a nivel nacional.
La planta de 16.000 metros cuadrados sobre un terreno de dos hectáreas. Líneas transportadoras automatizadas que cubren un trayecto de 2,2 kilómetros. Cientos de miles de unidades medicinales que se distribuyen diariamente a 2.500 clientes entre la ciudad de Buenos Aires, el conurbano y gran parte de la provincia homónima generaron 200 puestos de trabajo directo. La planta entera llegó desarmada en varios containers, comentó el directivo al referirse a la maquinaria diseñada e instalada por la compañía austríaca Schäefer, un ensamble de cintas transportadoras, rampas, lectores de códigos y tres robots que se desplazan a 15 kilómetros por hora.
“Se bajó una hora y media el horario de entrega, se mejoró el surtido y la operación interna dentro del proceso”, relató Simonetti para luego acotar que esa planta distribuye un promedio de 300.000 unidades por día, cerca de 360 millones de pesos en productos farmacéuticos. La empresa cuenta con sucursales en Córdoba, Bahía Blanca, Santo Tomé, Corrientes y otras sedes de menor envergadura.
El circuito comienza a funcionar cuando el cliente hace un pedido. El sistema calcula cuántas cajas plásticas se necesitarán para contener los productos solicitados y genera la misma cantidad de Órdenes de Preparación que son trasmitidos al sistema de preparación de pedidos.
A continuación, el sistema libera las unidades solicitadas, una cubeta comienza a recorrer la instalación y al llegar a cada punto de carga recibe las unidades que le corresponden. Tal es la velocidad que se pueden preparar más de 900 pedidos por hora.
Durante el recorrido el sistema tiene estaciones de control donde se verifica que el contenido de las cajas coincida con lo solicitado. Al completarse la cubeta una máquina envasadora le pone la tapa, otra la cierra, un escáner lee el código de barras, automáticamente se coloca una etiqueta y se envía a una de las rampas de pre-embarque, para que, cuando llegue el horario de ese reparto, una camioneta la lleve hasta la farmacia que hizo el pedido.

25 de abril de 2017 – ep