El negocio agropecuario demanda en el país de un nivel de operaciones cada vez mayor. Datos de los Grobo.
Los números siguen señalando a Los Grobo Agropecuaria como un jugador clave en el negocio del agro. En la campaña de cosecha pasada, la compañía movió 1,5 millones de toneladas de granos y proyecta 1,8 millones de toneladas para la actual campaña. Sin contar la producción de socios ni terceros, suma 39.000 hectáreas, lo que le demanda una estructura logística bien aceitada para cumplir a término con los objetivos previstos.
Para hacer frente a esos compromisos, la empresa cuenta con el área de Operaciones, dividida en una parte logística y otra comercial. El responsable de ese sector es Guillermo Pérez Miguel, quien trabaja en el Grupo Los Grobo desde 2004.
“Cuento con un equipo de operaciones que se encarga de la contratación de los transportes, la decisión logística de saber en qué momentos mover determinados productos y la coordinación de los camiones de flota propia. A su vez, coordino las áreas Comercial y de Operaciones que son como complementarias. Ambas áreas se necesitan mutuamente para buscar descargas, espacios en los distintos puertos, desocupar las plantas que tenemos, entre otras cosas”, dijo Pérez Miguel.
¿Cómo es una operación logística de la compañía?
La producción agropecuaria -soja, girasol, maíz, trigo o cebada- puede ser propia, asociada o de terceros. Los Grobo tiene 39.000 hectáreas de producción propia; 30.000 hectáreas más con siembras asociadas y una base de 1.500 clientes que operan con la compañía. Si nuestros clientes nos mandan la mercadería, tienen dos opciones logísticas: ir del campo a la planta de silo, donde se baja la mercadería, y, si es necesario, se la condiciona o almacena. La otra opción es un flete directo del campo al puerto. Igualmente, la compañía tiene la potestad de decidir si hace un desvío antes de llegar a puerto, ya que es la que contrata el camión.
¿Cuál es la infraestructura para realizar las operaciones?
Los Grobo Agropecuaria posee 16 plantas de silos, de las cuales 10 son propias y seis son alquiladas. Eso significa una capacidad de almacenaje de 300.000 toneladas, que no es estática. O sea, que puede llegar a entrar, salir y volver a entrar cereal en el mismo día o mes. La ubicación de cada planta la fuimos definiendo de acuerdo con las necesidades logísticas. Todas están ubicadas en provincia de Buenos Aires: Guaminí, San Miguel del Monte, Chivilicoy, Pehuajó, Balcarce, Carlos Casares, Espastillar, Magdala, Madero, Lincoln, Tandil, San Manuel, Lobería, Vela y Quequén. Además, tenemos operaciones en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
¿Cuentan con una flota de camiones?
Tenemos 16 camiones propios, que es muy poco con respecto al volumen que movemos. El año pasado contratamos 4.000 camiones que provenían de unas 1.000 empresas de transporte. Como grupo, en la campaña de cosecha pasada movimos 1,5 millones de toneladas de granos y estamos proyectando 1,8 millones de toneladas. Igualmente con la utilización del silo bolsa, las campañas logísticas se extendieron mucho. Hoy, el productor tiene la posibilidad de almacenar y entregar la producción de tres meses a dos años después de que la cosecha.
¿Cómo controlan los vehículos?
Existen procesos y normativas generales por los que nos regimos para verificar que el camionero y la unidad estén dentro de los parámetros que exigimos y que nos exigen.
¿Qué participación tiene el tren en todo este proceso?
De 1,5 millones de toneladas que movimos el año pasado, sólo el 5 por ciento se hizo vía tren. Sólo tenemos tres plantas vinculadas al ferrocarril. Las que más movimiento tienen son las de Pehuajó y Espartillar -cerca de Guaminí-. Hay limitaciones de infraestructura para operar por esa modalidad.
¿Cómo desarrollan la comercialización de insumos?
Ese es otro negocio que tiene Los Grobo. Es la venta y compra de insumos para la producción agropecuaria. Al millón y medio de generación de granos que comercializamos y movemos por transporte, hay que sumar 66.000 toneladas de otros productos (agroquímicos, semillas y fertilizantes).
¿Cuál es el estado de los caminos por los que suelen transitar?
Están con un déficit importante. La mayoría de las rutas han sido abandonadas en su mantenimiento. Es habitual ver esa situación en la provincia de Buenos Aires. Si bien en algunos casos hay ciertas mejoras, no hay un sistema terrestre bueno de distribución. Por otro lado, la mayoría de la producción agropecuaria se produce en zonas donde no hay, ni hubo, ni habrá, en el corto plazo, caminos de asfalto. Por lo cual, en momentos críticos, como de altas lluvias, no se permite hacer movimientos de mercaderías.
¿Qué grado de injerencia tiene la tecnología en este tipo de negocios?
La tecnología que incorporamos en las plantas es para conservar las calidades, a través de la termometría y cubicaje en línea de mercadería, cargas monitoreadas por cámaras de seguridad y mejoras en la eficiencia del sistema de cargas o descargas. No se encuentran cambios disruptivos en tecnologías que permitan hablar de una modificación radical en el negocio logístico de las operaciones.
Por otra parte, los 16 camiones que tenemos cuentan con un servicio de seguimiento en línea para obtener toda la información sobre cada unidad, lo que nos permite ser más eficiente con la logística, aunque no podemos alcanzar ese nivel de exigencia con los vehículos que contratamos.
Lo que hacemos todos los años, en general, es una renovación de dos a cuatro unidades de la flota, que no pensamos por ahora ampliar. No queremos tener vehículos antiguos que requieran mucho mantenimiento.
NG-29de marzo de 2016/Fuente: Transporte & Logística (diario La Nación-Expotrade)