La LiNTI llega para reemplazar a una obsoleta LNH, facilitar los trámites a los transportistas y mejorar el control y la seguridad.
Los avances en la digitalización han ido permeabilizando los diferentes sistemas de identificación y control, entre los cuales las licencias de conducción han sido un sector de importancia y fueron incorporando desarrollos tanto en la recolección de datos, como en la estadística y la seguridad.
Así, a mediados de febrero la Agencia Nacional de Seguridad Vial, y la Secretaria de Gobierno de Modernización de la Nación lanzaron la versión digital de la Licencia Nacional de Conducir, que podrá ser presentada en controles vehiculares a través de un teléfono celular inteligente y tendrá la misma validez que la física.
Entonces, era cuestión de tiempo que la Licencia Nacional Habilitante (LNH), que acompañó durante años a los choferes profesionales iniciara un camino similar, aunque en este caso los cambios han sido algo más profundos, por lo que a partir del mes próximo comenzará a funcionar la Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional (LiNTI).
El pasado 7 de enero fue publicado el Decreto 26/2019 que estableció que la Agencia Nacional de Seguridad Vial otorgará la licencia para conducir vehículos del servicio de transporte de pasajeros y carga de carácter interjurisdiccional, lo que brindó el marco para que los avances que se venían dando en ese sentido se concreten en el nuevo instrumento.
La LNH presentaba algunos inconvenientes para continuar aplicándose. Se identificó la obsolescencia del sistema informático que había sido implantado hacía más de 20 años, lo que restringía el acceso a los equipos más modernos.
A eso se debía sumar otros inconvenientes vinculados con el paso de los años como serían los agregados de funcionamientos hechos en diferentes momentos y por distintas vías de acceso. Así, se llegaba a una multiplicidad de normativas y a una carencia de estadísticas que impedía no sólo conocer la situación y los beneficios o carencias del sistema, sino también planificar futuros desarrollos.
El otro escollo, que afectaba principalmente a los usuarios y a las empresas de transporte eran las diferentes fechas de vencimientos y las múltiples boletas de pago, según los distintos comprobantes portados, de capacitaciones y de los exámenes psicofísicos. Lo que ha generado escollos para los conductores en la realización de los trámites y pérdidas de días de trabajo para las empresas empleadoras.
Varias mejoras
En cuanto al avance tecnológico, la LiNTI estará totalmente digitalizada desde su trámite de iniciación, lo que facilitará su portación, debido a que ya no será necesario llevar una copia impresa, sino que alcanzará con la versión que se llevará en el celular y que tendrá un código QR, para ser leído por los equipos PDA, con o sin conexión a internet, que llevarán los agentes de control.
Respecto de los trámites, se otorgaban 380.000 LNH por año, lo que implicaba una tasa de emisión de algo más de 1.000 diarias. También la LiNTI será complementaria de la Licencia Nacional de Conducir que especifica el porte del vehículo que el conductor está autorizado a manejar.
En relación a la Licencia Nacional de Conducir, 13% de los conductores del país circula con registros emitidos por municipios que no adhirieron a la norma, pero el Decreto 26/2019 previó que, a partir del primero de octubre, la obtención de la LiNTI implicará la obligatoriedad de la obtención de un registro nacional, por lo que deberán tramitarla en los distritos que la emitan.
Por otra parte, la fecha de vencimiento de la licencia interjurisdiccional estará vinculada con otras variables: la capacitación en Cargas Generales o Mercancías Peligrosas –o una futura para el Transporte de Pasajeros- y el correspondiente examen psicofísico y coincidirá con la que expire en primer término. En esta línea, los choferes podrán adelantar la realización de cualquiera de esos trámites, pero ese lapso de tiempo no se sumará al período de vigencia de la Licencia.
Finalmente, el Decreto 26/2019 previó también una mayor discriminación para las Licencias de Conducir en el autotransporte de pasajeros y cargas. De esta manera la Clase C1 será para camiones sin acoplado, ni semiacoplado, ni articulado y vehículos o casa rodante motorizada de más de 3.500 y hasta 12.000 kilogramos; la C2 irá de 12.000 a 24.000 kilogramos y la C3, de allí en más.
La clase D1 incluirá automotores para servicios de transporte de pasajeros hasta ocho plazas, excluido el conductor; la D2, entre ocho y 20 pasajeros, y D3 los mayores. La D4 será para servicios de urgencia, emergencia y similares; la E1 involucrará a los vehículos de clases C y/o D con uno o más remolques y/o articulaciones; la E2 a la maquinaria especial no agrícola, y la nueva G3 involucrará el Tren Agrícola.