Después de 25 años de evolución, la tecnología se convirtió en un commodity, pero las personas que la usan marcan la diferencia.
La tercerización de los procesos logísticos por parte de las empresas para reducir los costos, que se inició a mediados de la década de 1990, llevó a que los operadores locales, muchos de ellos empresas de transporte que se irían profesionalizando iniciaran un camino de búsqueda de productividad y calidad de servicio.
“Estos ‘nuevos’ operadores logísticos debían aprender y mostrar resultados rápidamente, tenían el desafío de competir con empresas internacionales que ya estaban instaladas en el país y otras, que ante esta nueva corriente, comenzaban a instalarse”, planteó Gustavo Castelló, gerente de IT & Procesos de Loginter, en “Los sistemas logísticos y su impacto en la operación, WMS y TMS: La evolución a través del tiempo”.
El trabajo es parte de “Upgrade en sistemas y tecnologías en operaciones logísticas”, el libro que la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol) distribuirá entre los asistentes a su Décimo Encuentro Profesional, que se realizará el 18 de abril venidero, en el Goldencenter de Parque Norte.
“Abordamos lo que es el TMS y WMS como sistemas que apoyan las operaciones logísticas. Desarrollamos una narración cronológica desde que se hizo fuerte la logística en la Argentina, alrededor de los años 1993 y 1994, cuando apareció, por la demanda de los clientes, la necesidad de tercerizar sus procesos logísticos y fueron delegados a lo que eran, en su mayoría en aquel momento, empresas de transporte”, sintetizó Castelló.
El directivo de Loginter destacó que “el transporte cambia, porque ya no es de entrega punta a punta, sino de distribución o sea multientrega y, además, con la necesidad de almacenar la mercadería”.
Sostuvo que “Cuando empieza este proceso, sorprende a los operadores y nace una mezcla de facturación manual que de a poco se va sistematizando. El problema inicial no fue tanto el sistema de transporte, que ya existía aunque se debió adaptar un poco a la distribución, sino los sistemas de gestión de almacén, o sea los WMS, que no existían. Cómo lo importante era administrar el stock, se lo hacía cómo se podía, con soluciones básicas que eran un cardex electrónico”.
Afirmó que “la evolución, en los últimos 25 años, fue exponencial y tenemos sistemas de todo tipo y tener uno u otro no hace la diferencia y son accesibles. En el mundo global se puede comprar cualquiera por internet.”
“El desafío actual está en la implementación, en el profesionalismo que tenga una compañía para llevar adelante el uso de lo que se llamarían modelos logísticos, no sistemas. Un modelo logístico es la integración de varios sistemas que en conjunto tienen que dar la mejor solución a una determinada operación”.
Según observó Castelló “las empresas están buscando la mejor solución tecnológica al mejor precio posible. Cuando empezó el proceso, quien accedía a un software de buena calidad marcaba la diferencia, podía cobrar más caro. Hoy, hasta se comparten sistemas. Lo que busca el cliente es la mejor solución y la conveniencia comercial”.