Por la situación que atraviesa la industria de los combustibles verdes, las naftas se deberán mezclar en porcentajes menores y usar un aditivo cancerígeno.
Si bien el conflicto afecta a todo el sector en general, las empresas con más dificultades son aquellas que producen biodiesel.
El corte de las naftas con un 12 por ciento de bioetanol podría correr riesgo si se extiendera la decisión de las industrias de no entregar combustible a las petroleras, debido a la desactualización del precio que fija el Gobierno, que se mantiene congelado desde diciembre.
La medida no sólo afectaría la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, sino que además generaría un perjuicio a la salud de los empleados que trabajan en el despacho de los combustibles, según informó el sitio Surtidores.
Según un informe elaborado por la Liga Bioenergética, en el caso de las naftas, dada la calidad del petróleo que se procesa en el país, el bioetanol permite a este combustible alcanzar el nivel de octanaje que las normas de calidad exigen, al precio más conveniente y cumpliendo las normas vigentes en materia ambiental y de salud pública, ya que, de lo contrario, se debería seguir usando MTBE, aditivo que se está prohibiendo en los principales mercados del mundo por ser cancerígeno y afectar las napas de agua, entre otros problemas.
Lo mismo pasa con el material particulado emitido por la quema de derivados del petróleo, que muchos países están paulatinamente prohibiendo.
Si bien el conflicto afecta a todo el sector en general, las empresas con más dificultades son aquellas que producen biodiesel. Actualmente no están proveyendo producto a las compañías, por lo que el porcentaje de mezcla con gas oil es nulo.
Esta situación ocasiona un importante perjuicio económico al país advierten desde la entidad: “Entre el 2010 y 2019, se importaron 36.5 millones de metros cúbicos de gas oil (tres veces más que la capacidad de producción local de un año). Estas importaciones generaron salidas de divisas por más de 23.360 millones de dólares. Durante el mismo periodo, se utilizaron 10.8 millones de metros cúbicos de biodiesel para el mercado interno, que, a precio de gas oil, significaron un ahorro de divisas por sustitución de importaciones por más de 6.900 millones de dólares”.
La capacidad instalada de biodiesel en nuestro país es superior a 4.5 millones de toneladas anuales, y más del 50 por ciento se encuentra hoy ociosa. “Similar situación se dio con las naftas durante el mismo periodo, ya que la utilización de bioetanol evitó importaciones por un valor superior a los 3.900 millones de dólares”, subrayaron los empresarios nucleados en la Liga Bioenergética.