El camión en Europa

El transporte de mercancías por carretera es la columna vertebral del comercio y el comercio en el continente europeo.

50% de los pesados fabricados en los Estados Unidos provinieron de fábricas de propiedad y tecnología de base europeas.


Los camiones transportan el 76,7% de toda la carga transportada por tierra en la Unión Europea, lo que demostraría la importancia que tiene este medio en la economía del viejo continente, según el último informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
El comunicado de la entidad fabril destacó que “la mayoría de nuestras necesidades diarias, como alimentos frescos del supermercado o tienda de la esquina, periódicos y revistas, productos electrónicos y electrodomésticos, ropa, etcétera, dependen de los camiones en algún momento de la cadena de distribución”.
Sostuvo que en las economías modernas, 85% del tonelaje de carga por carretera se transporta a distancias de 150 kilómetros o menos, a lo largo de rutas para las cuales ninguna otra forma de transporte sería realista, además de que muchos servicios públicos esenciales son prestados por camiones, como la recolección de basura, los servicios de bomberos y construcción.
Para la ACEA, los camiones no sólo siguen siendo el modo de transporte más flexible, sensible y económico para la gran mayoría de las productos y manufacturas, sino que también son esenciales para el funcionamiento del sistema de transporte europeo más grande e integrado.
Los camiones funcionan como parte de una cadena logística cuyos componentes también incluyen vías navegables, transporte marítimo, aéreo y ferroviario. Otros modos de transporte dependen de camiones para transferir carga desde y hacia depósitos, terminales ferroviarias, aeródromos y puertos.
Hoy en día, hay más de seis millones de camiones en circulación en toda la UE y la edad promedio de los camiones en Europa es de 12 años.
Se exportaron 269.700 camiones (de más de cinco toneladas) en todo el mundo en 2018, por un valor de 5.500 millones de Euros y fueron responsables de un superávit comercial de 5.200 millones de euros, mientras que aproximadamente 50% de los pesados fabricados en los Estados Unidos provinieron de fábricas de propiedad y tecnología de base europeas.